Aunque Riftan aún parecía preocupado por algo, ya no utilizaba el peligro como excusa para alejar a Maxi.
Eso era suficiente para ella. Aunque aún no le había dado explicaciones, ella sabía que con paciencia, acabaría diciéndole lo que pensaba. Mientras tanto, quería saborear el regreso de su dulce y apasionado marido.
Apartando la vista de la tormenta de nieve que caía por la ventana, Maxi se acercó al escritorio que había junto a la chimenea.
— Esta es la evaluación del rendimiento de los magos no afiliados que participaron en la guerra — dijo, colocando el pergamino que sostenía delante de Anton —. La mayoría de ellos desean convertirse en miembros oficiales de la Torre.
Anton bajó la pluma y levantó el pergamino.
— Qué gran noticia.
Recordando a los magos que habían trabajado diligentemente bajo su mando, Maxi hizo hincapié.
— Todos tienen una base sólida y experiencia, así que estoy segura de que, con el entrenamiento adecuado, serán excelentes magos superiores.
— Los magos que han participado en una guerra a tan gran escala son recursos valiosos, Maximilian -respondió Anton, sonando complacido mientras revisaba cuidadosamente su informe —. No debes preocuparte por ellos. La Torre ya tiene intención de aceptarlos.
De repente, Maxi sintió que se le quitaba un peso de encima. Con esto, había completado sus deberes como líder de la unidad de apoyo de retaguardia. Concluidas también las negociaciones, podría regresar a Anatol dentro de unas semanas.
Espero que el tiempo mejore para entonces.
Su euforia disminuyó un poco cuando volvió a mirar por la ventana. La nieve parecía cada vez más intensa. Si las condiciones seguían siendo tan duras, podrían verse obligados a permanecer en Osiriya durante varios meses. Era un pensamiento totalmente deprimente.
Aunque la vida en Balbourne era opulenta, ansiaba regresar cuanto antes a Anatol y a la vida sencilla pero bulliciosa del castillo de Calypse. Sin embargo, no podía deshacerse de la premonitoria sensación de que les esperaban más tribulaciones antes de poder volver a casa.
— Lodo, únete a nosotros para jugar a los dados si has terminado ahí.
La alegre voz de Joel sacó a Maxi de sus sombríos pensamientos. A juzgar por su entusiasmo, supuso que ya debía de haber ganado bastante dinero.
Al ver su intento de vaciarle los bolsillos a ella también, Maxi lo miró desconfiada. La experiencia le había enseñado lo mala jugadora que era.
— No, gracias. Ahora vuelvo a mi habitación.
— Claro, porque ese aterrador marido tuyo vendrá a buscarte si no lo haces — se mofó Royald, tirando los dados.
Maxi lo fulminó con la mirada. Aunque quiso replicar, prefirió pasar por alto su comentario sarcástico, consciente de lo que su marido le había hecho pasar. Con un pequeño suspiro, volvió a mirar a Anton.
— Por favor, avísame... si hay algún problema con el informe. Me excusaré...
— Un momento. Hay una última cosa...
Anton se interrumpió bruscamente cuando Calto entró en el estudio desde la habitación contigua. Los ojos de Maxi se abrieron de par en par al ver que no estaba solo.
— ¿R-Ruth?
No había visto al hechicero desde su llegada a Osiriya, preocupada como estaba por sus problemas con Riftan.
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Debajo del Roble ~ Libro 10 [Temporada dos]
FanfictionAl fin la relación de Riftan y Maxi esta mejorando. Comunicación, eso es todo ,lo que una relación necesita para funcionar. Y a estos dos , dios mío que les hacia falta. Obviamente aun no todo es caminar por el campo, pero ya no hay nada que detenga...