Capítulo 153 ~ ¿Qué hay de ti?

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Maxi lo miro molesta. Hacía un momento le había preguntado por su vida amorosa. ¿Cómo había llegado a ser ella la que estaba bajo escrutinio?

Sospechando que Riftan estaba desviando hábilmente la conversación, Maxi replicó.

— Me mantenía... casi siempre al margen. Después de cumplir la mayoría de edad, pasaba la mayor parte del tiempo en el anexo... y en las raras ocasiones en que se me pedía que hiciera acto de presencia... me marchaba lo antes posible. ¿Cómo podría... haberme enamorado de alguien... cuando ni siquiera tuve la oportunidad de conversar con un hombre de mi edad?

— Uno puede enamorarse sin entablar nunca una conversación en condiciones — replicó Riftan. Se volvió hacia el brasero mientras pelaba meticulosamente la piel carbonizada de otra castaña. - A veces basta una mirada lejana para atrapar un corazón.

Maxi disparó puñales a su nuca.

— ¿E-Estás... hablando por experiencia?

Para su asombro, notó que la nuca y los lóbulos de sus orejas se sonrojaban. Una oleada de celos la invadió. Sabía que los jóvenes caballeros solían idolatrar a las mujeres de alta alcurnia. ¿Podría Riftan haber pasado por una fase semejante? Se le humedecieron los ojos al pensar en un Riftan de dieciocho años, recién nombrado caballero y enamorado de una noble sofisticada y seductora.

Abrumada por los celos, estalló.

— L-Lamento decir que no soy tan suelta como para enamorarme de un desconocido. C-Cómo puede alguien sentirse atraído por una persona que ni siquiera...

Maxi se detuvo en seco. Acababa de caer en la cuenta de algo, y un profundo rubor se apoderó de su rostro al notar la expresión inexpresiva de Riftan.

Ella era la mujer que había conquistado su corazón. Él mismo se lo había dicho.

Un sudor frío le recorrió la espalda y ajustó rápidamente el tono.

— S-Sin embargo... me pareciste muy apuesto... cuando llegaste al castillo de Croyso.

Con un bufido burlón, Riftan arrojó las pieles de castaña al fuego.

— ¿En serio?

— Es la verdad. Sí, tu actitud distante me intimidaba... pero me parecías innegablemente apuesto.

— ¿Siempre huyes como de la peste de la gente que te parece atractiva?

— B-Bueno...

Maxi miró a su alrededor, buscando una excusa, antes de dejar escapar un suspiro resignado. La verdad era que no le había parecido del todo atractivo durante su primer encuentro. Su seguridad, rozando la arrogancia, le había provocado inseguridades, y su aspecto excesivamente atractivo la había desanimado extrañamente. También le había molestado que todas las mujeres del castillo parecieran encaprichadas con él.

Sin embargo, a pesar de sus temores y reticencias iniciales, se había encontrado echando miradas al apuesto caballero. Quizás era su inalcanzabilidad lo que la había hecho levantar un muro emocional.

Rodeando su cuello con los brazos, admitió.

— Te evitaba... porque estar cerca de ti me hacía sentir insignificante.

— Me cuesta creerlo. — Riftan se volvió para mirarla con el ceño fruncido —. ¿Insignificante? Yo adoraba el mismo suelo que tú pisabas. Una simple sonrisa tuya y me habría puesto de rodillas. ¿Tienes idea de las cosas absurdas que hice sólo para llamar tu atención?

— ¿Cómo iba a hacerlo si la mitad del tiempo parecía que estuvieras tramando un asesinato?

Sorprendido, Riftan guardó silencio.

Debajo del Roble ~ Libro 10 [Temporada dos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora