Confesiones y confusiones

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Diario de Yuri:

𝑬𝒏𝒆𝒓𝒐 2022

𝐿𝑜𝑠 𝑎𝑡𝑎𝑟𝑑𝑒𝑐𝑒𝑟𝑒𝑠 𝑚𝑒 𝑝𝑒𝑠𝑎𝑛 𝑦 𝑚𝑖𝑠 𝑜𝑗𝑜𝑠 𝑚𝑒 𝑑𝑒𝑠𝑙𝑢𝑚𝑏𝑟𝑎𝑛.

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El olor a tinta inundaba la habitación de la castaña aparte del café. Su escritorio estaba repleto de tazas de café de distintas formas y tamaños, ya fríos, por supuesto. Yuri arrugó la hoja y la tiro con las demás que se acumulaban en el suelo de su habitación. Ella se revolvió el cabello y soltó un quejido frustrado dejandose caer en su silla giratoria.

Le dió una vista a su desastre, diferentes libros abiertos, un estuche lleno de plumas, su diario y su bloc de poemas a un lado, pero lo que más resaltaba era ese marco color azúl chillon, una fotografía antigua de ella y Suzuka en tiempo de preparatoria enmarcada, la razón de su esfuerzo. A su lado estaba una foto de los tres, Park, Suzuka y ella en una tarde en casa de la abuela Cho. Su nostalgia la abrazó momentáneamente, su mente rebobinaba recuerdos de aquella época y una sonrisa sincera apareció.

Sus ojos brillaron con determinación. Agarró un bolígrafo y comenzó a escribir la letra de la canción que había estado intentando componer durante toda la mañana. No lo conseguía; las palabras no rimaban, no captaban la esencia del grupo y ya se empezaba a frustrar.

El ringtone de su celular comenzó a sonar llamando su atención, la castaña rodó los ojos con fastidio, y, con pereza agarro el móvil de la cama. Al ver el nombre de Park en pantalla, se emocionó un poco. Sin dudar, apreto el botón verde.

—Hola, cariño —saludo, su espalda se recosto en la silla y dio una vuelta sobre si misma.

—Estabas perdida —escucho al otro de la linea —. ¿Que tanto haces que no me llamas ni para saber que estoy vivo?

—Componiendo, ensayando, etcétera etcétera.

—Pero ni un mensaje a tu mejor amigo del alma.

—Por Dios, Park.

—¡Es la verdad, estoy hecho polvo!

Yuri sonrió contra su celular, Park le llenaba de gracia por su forma de hablar tan animada casi como si te estuviera regañando.

—¿Todo bien? —pregunto Yuri, curiosa.

—Algo... No lo sé —Park hizo silenció, dudando de sus propias palabras —. ¿Suzuka está contigo?

—Creo que está en su habitación ¿Quieres que la busque?

—Si, por favor.

Yuri se levantó de su asiento, abrió la puerta de su habitación y se dirigió a la de Suzuka, toco dos veces a la puerta y entró. La muchacha estaba acostada en su cama, dibujando, se sobresaltó por la repentina presencia de la castaña pero a los segundos lo dejo pasar.

—Park quiere hablar contigo —aviso, ella cerro la puerta tras ella, se sentó en el suelo a un lado de la cama.

Yuri presionó el botón del altavoz.

—Hola, Siu —saludo la pelinegra, sus codos apoyados en la cama.

—Hola, querida ¿todo bien?

𝐋𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐰𝐨𝐦𝐚𝐧 | 𝐒𝐮𝐳𝐮𝐤𝐚.𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora