𝐋𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐰𝐨𝐦𝐚𝐧 | 𝐒𝐮𝐳𝐮𝐤𝐚.𝐊

Cafúne

10 de octubre del 2022
02:19am

Sentí como el tiempo pasó más rápido que yo, estaba rememorando esos recuerdos que permanecerían en la ciudad.

La gira ya había terminado y por lo tanto todos estábamos agotados. Solo quedaba regresar a casa a descansar.

Las chicas estaban dormidas y yo miraba por la ventana las estrellas que adornaban la noche, giré mi vista un momento, Suzuka se había dormido en mi hombro y con sus audífonos.

Si se los quito probablemente la despertaré así que me resigne a cubrirla con la manta que tenía entre las piernas.

Ota se paró de su asiento y tomó una fotografía, hice un seña con los dedos y sonreí para así reírme a lo bajo.

Recosté mi cabeza en el de la pelinegra me inundó mi fosas nasales con su shampoo de coco, su perfume aun quedaba presente en mi ropa y ni hablar de mi camisa que era de ella, la había pintado hace unas horas y me dijo que cuando se seque podría usarla.

Entrelace sus dedos con los míos para acurrucarme, mire sus anillos que la mayoría eran míos, y sus uñas pintadas obra de Kanon.

Tal vez había desarrollado un fetiche con sus manos, o por sus dedos largos que bastantes veces me han tocado. Bese su mano para así poder descansar junto a ella.

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No fue ni las gallinas, ni la alarma que me despertó, fue el viento fuerte que salía de la ventana.

Ya había amanecido y el sol estaba muy fuerte. Bostece y me estire notando como Suzuka reía.

— ¿De que te ríes? tontita.

— Casi me tragas con ese bostezo.

— Boba, ¿ya vamos a llegar?

— Si, Ota dijo que en unos minutos ya estaremos en casa.

— Muy bien.

— ¿Quieres uno? — Me ofreció uno de sus auriculares inalámbricos, yo lo acepté con una sonrisa.

— ¿Música en español? cada día me sorprendes más.

— Shh, solo trataba de ser romántica.

— Claro, romántica amante. — Suspire.

Si solo supiera que con tan solo existir ella me enamoraba cada vez más, de sus ojos, de su cabello, de sus labios pero ante todo, de su alma.

— Bésame...Bésame mucho, que tengo miedo a perderte, perderte después. — Empezó a cantar cerrando sus ojitos.

El español no le iba a nada mal, pero es que todo sonaba bonito cuando salía de sus labios.

— Quiero tenerte muy cerca mírame en tus ojos, verte junto a mi piensa qué tal vez mañana yo ya estaré lejos, muy lejos de ti. — La rodee con mi brazo, acariciandole el cabello cariñosamente.

— Bésame, bésame mucho como si fuera esta noche la última vez bésame, bésame mucho que tengo miedo a perderte, perderte después.