Tiempo Juntas

77 7 2
                                    

| Diario de Yuri.

𝑬𝒏𝒆𝒓𝒐 2022

𝐿𝑎 𝑒𝑥𝑖𝑠𝑡𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒 𝑙𝑙𝑒𝑔𝑎𝑟 𝑎 𝑠𝑒𝑟 𝑚𝑜𝑛𝑜𝑡𝑜𝑛𝑎, 𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑙𝑎𝑠 𝑐𝑜𝑠𝑎𝑠 𝑠𝑖𝑒𝑚𝑝𝑟𝑒 𝑡𝑒𝑟𝑚𝑖𝑛𝑎𝑛 𝑐𝑎𝑚𝑏𝑖𝑎𝑛𝑑𝑜. 𝐼𝑛𝑐𝑙𝑢𝑠𝑜 𝑙𝑎𝑠 𝑝𝑙𝑎𝑛𝑡𝑎𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑙𝑒𝑣𝑎𝑛 𝑠𝑒𝑚𝑏𝑟𝑎𝑑𝑎𝑠 𝑚𝑎́𝑠 𝑑𝑒 𝑣𝑒𝑖𝑛𝑡𝑒 𝑎𝑛̃𝑜𝑠 𝑦 𝑞𝑢𝑒 𝑡𝑒 ℎ𝑎 𝑣𝑖𝑠𝑡𝑜 𝑐𝑟𝑒𝑐𝑒𝑟 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑝𝑎𝑡𝑖𝑜, 𝑠𝑒 𝑚𝑎𝑟𝑐ℎ𝑖𝑡𝑎𝑛. 𝐿𝑎𝑠 ℎ𝑜𝑟𝑚𝑖𝑔𝑎𝑠 𝑠𝑒 𝑐𝑜𝑚𝑒𝑛 𝑙𝑎𝑠 𝑠𝑜𝑏𝑟𝑎𝑠 𝑑𝑒𝑗𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑙𝑜𝑠 𝑟𝑒𝑠𝑡𝑜𝑠 𝑒𝑛 𝑙𝑎 𝑡𝑖𝑒𝑟𝑟𝑎 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑢𝑛𝑎 𝑛𝑢𝑒𝑣𝑎 𝑣𝑖𝑑𝑎.

Yuri cerró la tapa de su diario para deslizarlo cuidadosamente debajo de su cama, como hacia siempre. Se dejó caer en el colchón y miro el techo con una mezcla de aburrimiento y melancolía. De repente, un frío entro directamente desde la ventana erizando su piel de inmediato. Se levantó lentamente y bajo la ventana disfrutando por un momento de la vista veraniega; los arboles verdes se mecian suavemente y los pajaros llenaban el aire agudizando sus cantos en un coro.

Su momentánea tranquilidad fue interrumpida por un estruendo de una taza metálica, el suelo resonó por unos momentos mientras que el objeto terminaba de caer, Yuri luego de escuchar una maldición baja su mente se lleno de preocupación y curiosidad, sus pies se movieron solos hasta la puerta de su habitación, se dirigió a la cocina donde la figura despeinada de Rin estaba recogiendo pequeños trozos de naranja del suelo, Yuri sonrió y una ternura la invadió.

Yuri se acercó a ella para ayudarla con el desastre, el olor cítrico se desprendía del cuerpo de la rizada. —¿No te golpeaste?

—Me resbalé, —respondió con una mueca de dolor —. Me duele todo.

—Dejame ayudarte.

Rin asintió con la cabeza, se levantó del suelo y estiró sus extremidades suspirando en sus ejercicios, Yuri, al recoger los trozos de naranja levanto la taza y la puso en la encimera con cuidado. Rin volvió a lo suyo en la cocina para estirar una masa con movimientos precisos.

—¿Que ibas a cocinar? —pregunto la castaña recostando sus brazos en la encimera recorriendo con la mirada los ingredientes en la mesa.

—Hoy tenemos tarde de pizza ¿no lo recuerdas? —respondió Rin con una sonrisa que iluminó su rostro por unos instantes.

—Cierto… —murmuro la contraria sintiendo una calidez en su pecho por su dedicación. —Dejame ayudarte entonces.

—Haz la salsa.

Yuri asintió ante su pedido, lavó algunos tomates y los empezó a cortar encima de una tabla de madera. Un sonido melodioso proveniente de Rin la hizo sonreír.

—Las demás están comprando más bebidas —aviso la rizada.

—Excelente.

La menor puso los tomates en la licuadora, el sonido llenó la cocina haciendo inaudible los cantos de Rin al cocinar. Yuri puso una mano en la tapa del aparato y después de unos instantes la salsa estaba lista, ella apagó la licuadora y movió el contenido para enseñarselo a Rin, la recién nombrada tomo un cucharón pero antes de agarrar la mezcla alzó un ceja.

—¿Le echaste sal? —pregunto.

Yuri la miró con culpa —¿Ups…?

Rin negó con la cabeza, la contraria echo un poco de sal y volvió a batir, después de unos segundos ya la mezcla estaba lista, Rin con el cucharon sirvió la salsa sobre la masa, luego puso queso rayado y pepperoni, una mitad con maiz y a la otra le agregó tocino.

𝐋𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐰𝐨𝐦𝐚𝐧 | 𝐒𝐮𝐳𝐮𝐤𝐚.𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora