Miradas que hablan

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Yuri bostezó mientras servía café en su taza correspondiente. Había pasado toda la noche hablando con Ben, además de componer su canción. La castaña llevó la taza a sus labios, disfrutando del toque amargo del café en su paladar. Se sentó frente a la encimera, donde tenía su libro de composiciones, y comenzó a escribir de nuevo. El lápiz resonaba contra el cristal mientras trabajaba.

—Mhmm mhm —tarareó, tachando unas partes y anotando otras.

Se pasó la mano por el pelo enmarañado, sintiendo el peso del cansancio en cada centímetro de su existencia. La falta de sueño se hacía evidente en sus movimientos lentos y sus ojos entrecerrados. Tenía que viajar a Tokyo ese dia, lo que no solo empeoraba su agotamiento, sino que también aumentaba su ansiedad. Se frotó los ojos con fuerza, intentando ahuyentar el sueño que amenazaba con vencerla. En ese momento, como si su mente quisiera recordarle todas sus responsabilidades pendientes, se dio cuenta de que también debía reparar su guitarra, unas cuerdas se habían roto cuando intento afinarla.

—¿Estás bien, Yiyi? —preguntó una voz detrás de ella, mientras unos dedos se enterraban en su cabello-. Pareces un zombi.

Yuri esbozó una sonrisa divertida; un cosquilleo la invadió al sentir los dedos de Suzuka acariciando suavemente su cabello.

—Si, solo...Estoy cansada.

—Te dije que no te sobre esforzaras —la pelinegra apoyo su brazo en la encimera, mirándola.

—Estoy trabajando en algo importante, es necesario.

—Dormir es necesario.

—¿Dudas de mi? —pregunto rápidamente, la mirada de Suzuka se endureció.

—Jamas, es solo que te he visto recaída estás semanas, solo quiero que descanses ¿Si? -explico en tono suave —. Además que en unas horas nos iremos. Me preocupo por ti.

—Perdon, estoy cansada.

Yuri con determinación agarro de la cintura a la muchacha para jalarla hacia ella, escondió su rostro en el cuello de la contraria; su lugar especial. Suzuka paso sus dedos por el cabello de la castaña enternecida por su acción.

Yuri la abrazó con cariño, sus ojos le pesaban y quería dormir al menos un rato. Suzuka con sus dedos le alzó la barbilla para que le mirase.

—En Tokyo puedes seguir componiendo —mas que una posibilidad, era una orden. La muchacha le dió unas palmadas en la cabeza y antes de irse dijo —. Mizyu dice que vayamos empacando.

Yuri asintió, Suzuka se fue a su respectiva habitación. Le dio una hojeada a su trabajo, termino de tomar su café y fue a su habitación para empezar a empacar.

Ropa, su uniforme, medias, medias de repuesto, perfumes, productos del cuidado de la piel, etcétera etcétera. Mientras doblaba su ropa una notificación de su celular llamó su atención, era Park.

« Mierda, Park »

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𝐋𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐰𝐨𝐦𝐚𝐧 | 𝐒𝐮𝐳𝐮𝐤𝐚.𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora