Viejo amigo

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3 de septiembre del 2022
01:43pm

— Ella ya ganó. — Kyoko dejó su baraja de cartas en la mesa indignada.

— Te dije que siempre hacía trampa. — Suzuka al igual que Kyoko se rindió.

— ¿Hueles eso? — Pregunte mientras inhalaba exageradamente. — Me huele a envidia, no le hagas caso a Suzuka siempre dice eso.

La abuela Cho se empezó a reír.— Yuri es muy ambiciosa. — Sus dedos se enredaban en la lana y con las pinzas lo tejía, ni siquiera aparto la vista para mirarnos.

— Claro que no abuela. — Respondí guardando las cartas, que probablemente ya no íbamos a sacar.

— Siempre ha sido así desde niña, se esforzaba todos los días practicando esas coreografías que hacían ustedes una y otra, y otra vez.

— ¿Eso es cierto Yiyi? — Preguntó Suzuka.

— Claro que lo es, ella me pedía que le diera comida con proteína para que no se cansara.

— Aww. — Los corazones de Suzuka y Kiki se enternecieron igual cuando ves imágenes de perritos bebés.

— Eres una masita. — Suzuka me pellizco las mejillas, yo voltee los ojos.

— Cierra la boca.

— Creo que ya los tengo listos. — La abuela alzó su tejido con una sonrisa orgullosa. — Suzuka mi niña, pruébate esto. — La pelinegra se levantó de inmediato y rodeó su cuerpo con el abrigo, le quedaba como un guante. — Te queda precioso.

— Gracias abuela, eres la mejor ¿lo sabias?

— Claro que lo se. — Se llevo un dedo a la lengua y luego toco su hombro. — Tsss, estoy que ardo.

Yo reí a lo bajo, Suzuka se sentó en las piernas de la mayor y la de canas se limitó a peinarle el cabello con los dedos, una escena muy tierna a mi perspectiva.

— Yuri cariño, también tengo uno para ti. — Yo me levante y fui en busca de mi obsequio. — Para ti también Kiki, esta en mi habitación.

Baje mi paso cuando llegue al marco de la puerta, observando la organización del lugar, los abrigos estaban doblados en una esquina de su cama así que lo agarre y me lo puse inmediatamente, luego llego Kiki que con modestia agarró el suyo.

— La abuela Cho es genial. — Dije observando las mangas de mi nuevo abrigo.

— Estoy de acuerdo.

Salí de allí para darle las gracias a la abuela, sentándome en una de sus piernas mientras le daba besos en sus arrugadas mejillas.

— Vaya, si me agradecen así entonces haré abrigos todos los días. — Yo sonreí, Suzuka y yo la abrazamos luego se unió Kyoko.

— ¿Su, sabes otra cosa en la que no me podrás ganar? — Pregunte con egocentrismo.

— ¿Que?

— Las traes. — Toque su hombro y zas, me fui pal coño.

Entre al huerto para así perderlas pero ellas nunca podría conmigo.

𝐋𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐰𝐨𝐦𝐚𝐧 | 𝐒𝐮𝐳𝐮𝐤𝐚.𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora