Capitulo VII

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Los últimos dos días habían sido tan caóticos para Jisung que apenas había logrado dormir

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Los últimos dos días habían sido tan caóticos para Jisung que apenas había logrado dormir. Minho había cumplido con su promesa y lo llamó como había dicho. La llamada fue tan amena que cuando Jisung le mencionó que no había cenado Minho le envió comida la cual terminó disfrutando mientras conversaban.

Otra boda exitosa quedó bajo la responsabilidad de Jisung y como si el destino hubiera tenido piedad de él, su jefe le dio una semana libre en reconocimiento por su arduo esfuerzo.

Esa noche Minho lo llamó de nuevo. Jisung le mencionó su semana libre y Minho le dijo que pasaría por él al día siguiente por la noche ya que tenía algunos asuntos que atender durante el día pero en la noche irían juntos a cenar.

Con tanto tiempo libre Jisung decidió salir de compras para encontrar algo lindo que ponerse para su cita con Minho.

Con tanto tiempo libre Jisung decidió salir de compras para encontrar algo lindo que ponerse para su cita con Minho

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El ambiente en ese pequeño cuarto de tortura tenía un aire opresivo. Para muchos la visión del hombre encadenado a la silla con su cuerpo cubierto de sangre y mostrando signos de inanición, podría ser demasiado perturbadora.

Minho sin embargo permanecía impasible. Sentado frente a él jugueteaba con una cuchilla en sus manos como si fuera una extensión natural de su cuerpo. El aire alrededor de él parecía cargado de una energía dominante, una que solo un Enigma podría poseer, haciendo que incluso los alfas presentes sintieran un escalofrío recorriendo su columna.

— Has pasado mucho tiempo aquí y podrías seguir mucho más. O puedes decirme lo que quiero saber y te daré una muerte rápida hoy mismo — dijo Minho con su voz tan afilada como la hoja que sostenía.

El hombre encadenado, un alfa se sentía reducido a nada bajo la mirada de Minho. A pesar de que intentaba mantener la compostura su naturaleza sumisa ante un Enigma era evidente, su cuerpo traicionándolo con pequeños temblores.

— Ya le dije señor... No sé nada — repitió el hombre, su voz temblorosa esforzándose por sonar decidido pero fallando ante la presencia abrumadora de Minho.

Minho cansado de escuchar la misma excusa se inclinó hacia adelante. La habitación pareció enfriarse como si la propia gravedad del Enigma hubiera absorbido todo el calor. Los alfas a su alrededor observando la escena y se sintieron diminutos sabiendo que estaban en presencia de alguien que con un solo gesto podría decidir sus destinos.

𝐂𝐚𝐝𝐞𝐧𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐋𝐮𝐧𝐚 ~ 𝐌𝐢𝐧𝐬𝐮𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora