Jisung nunca planeó quedar embarazado y mucho menos del jefe de la mafia más peligrosa del país Lee Minho. Ahora atrapado en un mundo de sombras y violencia Jisung no solo debe protegerse a sí mismo sino también al los bebés que lleva dentro. Mientr...
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Las náuseas matutinas se estaban volviendo constante en la vida de Jisung algo que le molestaba mucho. Antes solo sentía malestar en los vehículos pero ahora parecía que sus bebés le decían "hola mami ya sabes de nuestra existencia, así que aquí tienes ¡vómitos!" Eso era lo que pensaba Jisung mientras se apoyaba en el lavabo del baño.
Minho entró al departamento y al no encontrar a Jisung fue directamente al baño, donde lo vio vomitando limpiándose las lágrimas con la manga de su pijama. Sin dudarlo se acercó para frotarle la espalda con suavidad tratando de calmarlo.
— ¿Has escuchado acerca del síndrome de couvade? — preguntó Jisung, su voz algo ronca por el malestar.
— ¿El que dice que los padres pueden sentir los síntomas de su pareja en cinta? — respondió Minho manteniendo su mano en la espalda de Jisung.
— Exacto y en este momentos estoy deseando que nos pase eso — dijo Jisung antes de recostarse contra el pecho de Minho buscando su calor.
— Podemos preguntarle a la obstetra si hay algo que puedas tomar para las náuseas. Ya saqué la cita para hoy así que no te preocupes por nada yo me encargaré de todo — dijo Minho acariciando el cabello de Jisung.
— ¿A qué hora es? Tengo trabajo por la mañana
— Es a las dos. Pensaba que podríamos almorzar juntos antes de ir — Minho le sonrió pero su expresión se tornó preocupada cuando vio la mueca de Jisung.
— No me hables de comida en estos momentos. Y si siento una sola feromona de tus hombres te juro que no me subo a ese auto, solo estoy soportando tu olor
— ¿Quieres que impregne alguna prenda con mi olor? — sugirió Minho con una sonrisa comprensiva.
— Por favor — Jisung asintió tímidamente con las mejillas sonrojadas.
Minho tomó aire preparándose para la siguiente pregunta que tenía en mente aunque sabía que podría ser delicada.
— Estaba pensando... Cuando el embarazo avance ¿seguirás trabajando? Sabes que no es necesario que lo sigas haciendo puedo darte todo lo que necesites — dijo Minho midiendo cada palabra.
Jisung soltó una risa suave levantando una ceja.
— ¿Acaso eres mi sugar daddy? — bromeó aunque su tono revelaba una mezcla de agradecimiento y picardía.
— Solo te llevo por cinco años pero no me importa darte de mi dinero. El dinero que tengo serán para ti y nuestros hijos — respondió Minho mientras sus manos se movían instintivamente hacia el vientre aún plano de Jisung.
Jisung notó cómo a Minho le gustaba tocar su vientre ahora que sabía que sus bebés estaban allí y se preguntó cómo sería cuando su pancita comenzara a crecer.
— ¿Crees que me veré lindo cuando se empiece a notar?
Minho le dedicó una mirada intensa, inclinándose para besarle la frente.
