Jisung nunca planeó quedar embarazado y mucho menos del jefe de la mafia más peligrosa del país Lee Minho. Ahora atrapado en un mundo de sombras y violencia Jisung no solo debe protegerse a sí mismo sino también al los bebés que lleva dentro. Mientr...
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Cuando Jisung se bajó de la camioneta sus ojos se encontraron de inmediato con Minho, quien ya lo estaba esperando. La intensidad de la mirada de Minho hizo que Jisung sintiera un cosquilleo en el estómago. Sin pensarlo dos veces, corrió hacia él, dejándose atrapar entre sus brazos.
— El mismo alfa que ese día — dijo Minho con su voz un susurro cargado de significado — Sabía que había algo que no me gustaba.
— ¿Qué tenía la caja? — preguntó Jisung tratando de mantener la calma pero su ansiedad empezaba a filtrarse en su voz.
— No te preocupes por eso. Yo me encargo de todo — respondió Minho con su tono firme.
Sin embargo, Jisung no estaba dispuesto a dejarlo pasar.
— Te estoy pidiendo que me digas qué tenía la caja — ordenó alzando la voz con una determinación que sorprendió a los hombres que estaban atentos a la situación. Su mirada se fijó en Minho desafiando su silencio.
Minho lo observó, una mezcla de admiración y preocupación en sus ojos.
— ¿Realmente quieres ver? — preguntó con su expresión cambiando sutilmente sabiendo que esto lo iba afectar.
— Necesito ver — su voz resonaba con una intensidad que no podía ignorar. Su corazón latía desbocado, sabiendo que la verdad podría ser peligrosa.
Minho hizo un gesto y los hombres aparecieron al instante, trayendo consigo la misma caja que colocaron en el suelo del patio. Jisung sintió un escalofrío recorrer su espalda mientras uno de ellos se inclinaba para abrirla.
Un olor metálico y nauseabundo llenó el aire y Jisung sintió que su estómago se revolvía. Entonces lo vio, la cabeza de un ternero blanco manchada de sangre y a su lado una página blanca en la que con letras rojas de sangre se leía:
“Pagarás caro hijo de puta”
El impacto de la imagen lo golpeó como un puñetazo en el pecho. Jisung sintió que el aire se le escapaba de los pulmones. Su mente se llenó de pensamientos oscuros mientras su omega se llenaba de miedo al darse cuenta de que esto era solo el comienzo.
— ¿Qué demonios significa esto? — preguntó, su voz temblando mientras su mirada se dirigía a Minho buscando respuestas. La vulnerabilidad en sus ojos contrastaba con la furia que comenzaba a formarse en su interior.
Minho manteniendo la compostura sintió que su corazón se aceleraba. No quería que Jisung viera esto, no quería que se sintiera amenazado. Pero sabía que en el mundo en el que vivían esas eran las reglas.
— Es un mensaje — dijo Minho con su voz grave intentando mantener la calma. Aunque por dentro el caos se desataba. Jisung merecía algo mejor que esto y no podía evitar sentir que era su culpa.
La tensión se palpaba en el aire. Jisung no podía apartar la vista de la cabeza, su mente daba vueltas tratando de entender la magnitud de lo que acababa de ver. Necesitaba saber que estaba a salvo, que Minho estaba a su lado para protegerlo de lo peor que este mundo podía ofrecer.
