Capitulo XVII

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Jisung se encontraba en la casa de Minho

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Jisung se encontraba en la casa de Minho. Ese día no había ido a trabajar ya que tenían unos días libres antes de un evento importante.

Mientras bajaba las escaleras pensaba en cómo poco a poco se estaba acostumbrando al ambiente de la mansión. Los primeros días no habían sido cómodos. La presencia constante de los hombres de Minho vigilando cada esquina lo hacía sentir observado. Sin embargo, decidió darse la oportunidad de ser feliz junto a sus hijos y su enigma.

Al llegar a la planta baja se dirigió directamente a la cocina aún no había desayunado. Las náuseas matutinas habían disminuido considerablemente aunque todavía había algunos alimentos que le causaban malestar pero Minho se había asegurado de que Jisung le dijera a la encargada de la cocina sus gustos y disgustos y eso le facilitaba las cosas.

Cuando entró en la cocina, las tres mujeres encargadas de la comida lo saludaron con una inclinación. Aún no se acostumbraba a ese tipo de trato.

— Hola — saludó suavemente Jisung con una sonrisa leve.

— Lo sentimos por no haberlo despertado para el desayuno pero el Jefe nos pidió que lo dejáramos descansar — respondió una de las betas con tono respetuoso.

— No se preocupen. Si no les molesta me gustaría desayunar aquí con ustedes — propuso Jisung deseando un ambiente más familiar.

Las betas se miraron entre sí visiblemente nerviosas.

— Lo sentimos señor pero si el Jefe se entera de que comió aquí podría molestarse con nosotras — dijo otra beta.

Antes de que Jisung pudiera responder la puerta de la cocina se abrió y un omega de pecas entró con su habitual energía.

— ¡Buenos días! — saludó Felix con su tono alegre.

— Hola — respondió Jisung un poco aliviado de ver a su amigo.

— ¿Cómo estás? ¿Cómo te han ido las náuseas? ¿Te dieron problemas los gemelos hoy? — preguntó Felix acercándose con curiosidad.

Jisung soltó una pequeña risa.

— Parece que ya se apiadaron de su pobre madre — respondió llevándose una mano al vientre — ¿Ya desayunaste?

— Aún no — admitió Felix.

— Preparen otro plato y tráiganlo al jardín por favor — pidió Jisung a las betas con una ligera sonrisa.

Ambos omegas caminaron hacia el jardín donde una pequeña glorieta rodeada de árboles se levantaba en el centro, proporcionando un lugar privado. Jisung siempre amaba pasar tiempo allí rodeado de naturaleza.

Cuando les sirvieron el desayuno se embarcaron en una conversación ligera, pero eventualmente Felix sacó un tema más serio.

— ¿No te ha costado adaptarte a esta casa? — preguntó Felix.

𝐂𝐚𝐝𝐞𝐧𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐋𝐮𝐧𝐚 ~ 𝐌𝐢𝐧𝐬𝐮𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora