Jisung nunca planeó quedar embarazado y mucho menos del jefe de la mafia más peligrosa del país Lee Minho. Ahora atrapado en un mundo de sombras y violencia Jisung no solo debe protegerse a sí mismo sino también al los bebés que lleva dentro. Mientr...
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El silencio en la sala se hizo insoportable. Los ojos de todos estaban fijos en Minho como si temieran la próxima palabra que saldría de su boca. Finalmente uno de los betas incapaz de soportar más la presión decidió romper el silencio.
— ¿Su omega? — su voz era apenas un susurro cargado de incredulidad.
Minho inclinó la cabeza ligeramente sus ojos brillando con una mezcla de advertencia.
— Así es. Mi omega. Entonces ¿por qué me hacen perder el tiempo con esto? No es un asunto que les concierna.
Otro beta más audaz que el primero decidió intervenir aunque había un ligero temblor en su voz.
— Cuando algo influye en la familia Lee y en su imperio Jefe, es nuestro deber intervenir — dijo con una formalidad que intentaba cubrir su temor.
Minho se cruzó de brazos los músculos de su mandíbula tensándose. La paciencia estaba empezando a agotarse.
— Son las tradiciones las que hablan — añadió el beta, buscando el respaldo de los demás — Según estas el alfa de la familia debe estar con el omega que su padre designó.
Una sonrisa fría y peligrosa cruzó el rostro de Minho.
—Tradiciones — murmuró con un tono cargado de veneno — Tradiciones que fueron creadas por mi bisabuelo, el mismo hombre que fundó este consejo. O ¿acaso piensan que no conozco la historia de mi propia familia?
El aire en la sala se volvió más pesado y los betas comenzaron a mostrar signos de incomodidad. Minho no estaba hablando solo por hablar sus palabras eran una amenaza clara.
— Mi bisabuelo creó esa estúpida tradición solo porque su hija se enamoró de un alfa de clase baja y nuestra bisabuela no podía soportarlo. Así que inventaron esas leyes absurdas todo para evitar una "deshonra". Pero él amaba tanto a su hija que finalmente permitió esa unión.
El tono amenazante en su voz se hizo más evidente con cada palabra y los betas se removieron en sus asientos sintiendo el peligro latente que emanaba de Minho.
— Aun así señor — intervino uno de los betas nervioso — la familia Dae ha preguntado por el compromiso. No podemos simplemente ignorarlo.
La risa de Minho fue baja sin alegría.
— No hay compromiso y punto. — Su mirada afilada atravesó la sala dejando claro que no había espacio para discusión — Mi único deber es hacia mi omega y nuestros hijos. Y ustedes como consejeros de esta familia deberían estar velando por la próxima generación, no cuestionándola. A menos que estén sugiriendo que están en contra de la sangre Lee.
El beta abrió la boca para responder pero antes de que pudiera decir algo Woong habló con su tono cargado de veneno.
— Minho, querido... — comenzó con una voz insidiosa — Ese omega ¿cómo podemos estar seguros de que los hijos que lleva son tuyos? Podrían ser bastardos de otro alfa.
