La noche continúa I

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Selena, con el pulso todavía acelerado por el beso, lo miró con una mezcla de intensidad y atrevimiento. La distancia entre ellos era casi inexistente, y el calor del momento aún vibraba en el aire. La mirada de Anthony estaba fija en sus ojos, como si buscara una respuesta a la pregunta que ni él mismo se atrevía a formular.

Sin embargo, fue ella quien rompió el silencio primero, y lo hizo con una suavidad casi peligrosa.

—¿Quieres ir a mi casa? —le preguntó, su voz apenas un susurro cargado de tentación.

El simple hecho de que las palabras fueran pronunciadas hizo que la tensión en el ambiente aumentara exponencialmente. Anthony la observó, sus facciones rígidas, luchando internamente entre lo que sabía que debía hacer y lo que quería hacer. Se lo había prometido a sí mismo. No podía permitir que esto siguiera adelante. Selena era peligrosa, no solo por su pasado, sino por lo que le hacía sentir.

Pero en ese momento, la lógica no tenía cabida. Él estaba demasiado atrapado en el deseo que le quemaba por dentro, en la proximidad de sus labios, en la forma en que sus ojos lo desafiaban, como si ella supiera que él no podría resistirse.

—Selena... —murmuró su nombre, como una advertencia más para sí mismo que para ella.

Ella se inclinó apenas un poco hacia él, acortando aún más la distancia.

—No tienes que decir que sí —dijo, aunque ambos sabían que el ofrecimiento estaba ahí, flotando entre ellos, en la forma de una invitación que lo tentaba a cruzar una línea de la que no habría vuelta atrás—. Pero si lo haces, no te vas a arrepentir.

Esas palabras fueron como una chispa. Anthony sintió cómo algo dentro de él cedía. Tal vez era el whisky en su sistema, tal vez era la cercanía de ella, tal vez simplemente era que ya estaba demasiado cansado de resistirse. El deseo superó cualquier duda.

—No deberíamos... —musitó, pero sus palabras carecían de convicción. Sus ojos ya hablaban por él, buscando los de Selena con intensidad.

Ella lo notó y sonrió de manera cómplice, segura de que él lo estaba considerando seriamente, quizás más de lo que hubiera querido admitir. Se incorporó ligeramente, como si le diera espacio para decidir, pero manteniéndose lo suficientemente cerca como para seguir tentándolo.

—A veces lo que no deberíamos hacer es exactamente lo que necesitamos —replicó ella con esa voz suave y peligrosa que hacía que Anthony sintiera cómo su autocontrol tambaleaba más y más.

Por un momento, el silencio volvió a envolverlos. Anthony pasó una mano por su cabello, tratando de despejar su mente. Pero el peso de la situación, la tensión palpable entre ellos, y la intensa atracción que no podía ignorar, le hacían imposible pensar con claridad. Los ojos de Selena no se apartaban de los suyos, como si esperara su respuesta con la misma mezcla de paciencia y deseo.

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, Anthony dio un paso adelante, acortando aún más la escasa distancia entre ellos, hasta que apenas quedaba aire separándolos.

—Llévame —murmuró, casi rindiéndose a lo inevitable.

Selena sonrió con esa picardía habitual en ella, una sonrisa que indicaba que sabía que ese momento llegaría. Se levantó lentamente, deslizando una mano por la mesa, y le hizo un gesto para que la siguiera. Anthony la miró por un instante más, luego, como si una fuerza invisible lo empujara, se levantó también, dispuesto a seguirla donde fuera.

Ambos salieron de la taberna en silencio, pero el aire estaba cargado de algo más que palabras no dichas. Mientras caminaban juntos hacia la casa de Selena, sus pasos sincronizados, Anthony no podía dejar de sentir cómo cada segundo a su lado lo consumía más, como si cada latido lo acercara más a algo que no podría deshacer.

Entre luces y sombras (Anthony Bridgerton)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora