Volumen 7: Muro Marítimo Acto 2

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Aun y ahora al joven le parecía increíble el hecho de que tan solo una noche había pasado desde la conquista de la ciudad de Liral, aun así este no podría bajar la guardia, pues su misión todavía no había terminado...

—Parece que tampoco se encuentra en esta área... —Murmura una voz a los oídos del joven.

No muy lejos de la zona, se pueden visualizar a dos hombres, uno de cabellos negros azulados, con bigote y otro de cabellos blancos con una barba, ambos de ojos azules y con el escudo de la familia Milfiore en sus ropas.

—Diles a los otros que registren el sur este de la ciudad, yo llevare a los demás al noroeste; debemos encontrar esas armas antes de que los 3 reinos ataquen de nuevo —Exclama el hombre de cabellos blancos.

—Yo reuniré a los reclutas y los llevare lejos de la ciudad, si lo que los prisioneros dijeron realmente es cierto y hay una bomba de antientropía en la ciudad, habremos caído como idiotas en su trampa —Reclama el otro hombre.

—"¡Una bomba de antientropía!" —Exclama el joven internamente.

Las bombas de antientropía, armas creadas por los 3 reinos capaces de liberar un pulso de energía capaz de inhabilitar permanentemente la magia de todos aquellos quienes estén en un radio de 90 kilómetros...

—"Con tantos Milfiore y soldados capaces reunidos, detonar una bomba de antientropía en este momento seria devastador para el imperio..." —Clama el joven internamente.

Ante esa premisa el joven no puede evitar recordar una puerta blindada ubicada no muy lejos del centro de la ciudad, lugar donde uno de los campamentos había sido levantado, si fuesen a esconder un arma como una bomba de antientropía ese sería el lugar idóneo.

—¡Mariscal...! —Exclama los jóvenes al unísono al tiempo que el Milfiore de cabello oscuro hace acto de presencia ante ellos.

—Reúnanse con sus equipos, nos retiraremos de la ciudad de inmediato —Exclama el hombre...

—Entendido...

Tras esas palabras en un rápido movimiento de manos el hombre con el escudo de los Milfiore procede a deformar el espacio como si de una cortina se tratase, abandonando el lugar.

—La magia rara de los Milfiore nunca dejara de sorprenderme —Señala Yana —Cosette, Morfeo, ya lo oyeron debemos movilizarnos y...

Antes de poder completar esa oración Yana no tarda en darse cuenta como una vez más Morfeo había desaparecido.

—Eso es otra cosa que no deja de sorprenderme —Reclama Yana.

—¿Qué hacemos? —Pregunta Cosette.

—Morfeo sabe cómo defenderse, nosotros reportémonos primero, luego nos alcanzara —Exclama la joven —Mas le vale hacerlo...

Algún tiempo después...

En una sección diferente de la ciudad, se pueden evidenciar los restos de un enorme castillo, donde las ruinas de un campamento de dríadas se pueden ver, al igual de una gran cantidad de cadáveres de los cuales brotan troncos hojas y raíces.

Marcando su camino, el joven de blanco procede a adentrarse en las instalaciones, mientras el aroma de la sangre en descomposición se hace notar, aun así, este no se inmuta.

Con cada minuto que pasa, el joven empieza a adentrarse más y más en el lugar, notando cada vez más cuerpos de dríadas, hasta que, de un momento al otro, este no puede evitar notar dos cadáveres frescos, evidencia de que no estaba solo.

El Coleccionista de lo Perturbador (Hana no Zenchō 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora