[Sálvame; fin] Capítulo 30

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-Debes comer Nerea, si no comes tu cuerpo no tiene nutrientes y puedes morir.
-Estoy comiendo.
-Nerea, nos conocemos, sé que no comes. ¿Vuelves a oír las voces?
¡Dile que no! ¡Díselo! ¡Vamos! ¡Miéntele! ¡No puede saberlo!
Las voces gritan y gritan para que diga que no. Así que lo hago.
-No. Estoy bien, se lo aseguro. Solo ha sido un pequeño susto. El calor supongo.
-Bueno, puedes irte cuando quieras y recuérdalo, come o volverás a estar ingresada.
Vuelvo a mi casa con Lucas, que ya está bien y ha podido salir, y me llaman por teléfono.
-¿Puedes venir al hospital por favor?- es Carla.
-Si claro, ¿que pasa?
-Ven rápido. Te espero en la sala de urgencias.
Salimos corriendo, yo preocupadisima, por si algo le ha pasado a Rubén. Cojo el coche y conduzco a toda velocidad.
Cuando llego Carla está llorando, como la última vez. Joder. Sale el doctor y me saltan las lágrimas, a mi, a Carla, a Lucas... Esto no esta pasando. ¡Otra vez no joder!
-Lo siento. Rubén ha fallecido. Hace dos horas, un paro cardiaco.

Me caigo al suelo a llorar. Esto es insoportable. No puedo con esto joder. ¡No joder!
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Ya han pasado dos semanas desde su muerte, y hoy es su funeral. He estado viviendo con Carla, ya que no pensaba volver a mi casa. Me ha estado cuidando muy bien, y he estado muy agusto y relajada con ella. Todos se han portado muy bien conmigo, en el instiuto también. Pero ya no me siento como antes, ya no siento ese escudo de protección que me hacia sentir Rubén. Él me protegía de la depresión y los variados trastornos que tenía. Joder, no puedo aguantar sin el.

Estamos en el coche, de camino al funeral y me han pedido que diga unas palabras. Saben que yo era muy importante para Rubén, y dicen que eso me ayudará a superarlo un poco.
Llegamos allí y el cura empieza a decir sus palabras.
Delante mía, en la primera fila, están sus padres y sus abuelos, y al lado mía todos sus amigos, dándome la mano e intentando calmarme porque no paro de llorar. Al igual que su madre.
-¿Nerea, quieres decir algo?- me pregunta el cura.
-Si, claro.
Me seco las lágrimas y salgo ahí, con todo el valor de mundo y digo lo que había escrito.
-Bueno, Rubén y yo no llevábamos mucho como para saber lo muy enamorada que estaba de él. Hemos tenido nuestros problemas, pero los hemos sabido solucionar solos, y eso me demuestra que, por muchos hombres que conozca, nadie llenará el vacío que ha dejado Rubén en mí. Era como un escudo para mí, y me ha ayudado en todo lo que podía y más. Era un chico atento, y amable y, sé, que allí donde esté ayudará mucho a quien lo necesite. Era el chico más atento y comprensible que he podido conocer en mi vida. Supo ayudarme en todo lo que pudo, estubo conmigo a pesar de mis defectos, de mis miles de defectos, o incluso de mis miles de problemas. Supo aceptarme tal y como era, y eso a el le hacia grande, era fuerte pero, como ya sabéis, el destino se lleva a quiénes menos se lo merecen, porque Rubén tenía mucha vida por delante, merecía vivir y seguir aquí, se merecía muchas cosas, pero esto que le ha pasado no se lo merecía. Ojalá pudiera volver al pasado y recordar todo lo que he vivido con el, y justo en el momento en el que pasó la catástrofe, poder pararlo y que no pasara, pero no es posible, así que ahora toca aguantar e intentar olvidar lo que pasó, no digo que olviden a Rubén, porque yo almenos nunca lo olvidaré, pero si olvidar lo malo, lo que pasó. Y sé que nunca se irá de mi corazón, espero que desde allí arriba estés...- las lágrimas vuelven a salir, miro al cielo y respiro- estés escuchando todo esto, has sido lo mejor que me ha pasado en la vida, nunca... nunca sabría como agradecerte todo lo que has hecho por mí, gracias por todo, gracias por estar conmigo siempre. Nunca te olvidaré, te quiero.

Todos me aplauden y vienen a abrazarme, me siento orgullosa.
Recuérdalo Rubén, nunca te olvidaré.

Sálvame  (#wattys2016)(#WYNA2016)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora