Ella, venía de un hogar roto; y cuando vienes de un hogar roto, es difícil creer en el amor, creer en algo y que se rompa es tu principal idea del mundo.
No solía creer en los sueños, solo en uno; encontrar una persona que le hiciera creer que el amor esta en todas partes, que si que existía, que no siempre enamorarse acaba mal, que había algo bueno. Quería a alguien que rompiera su muro.
Ella, en cada noche de bajón; cuando tenia ganas de llorar y los ojos no le aguantaban más, cuando veía todo borroso por las lágrimas; recordaba su sueño, y se calmaba. Ella no se quería permitir llorar, le parecía mejor aguantar, le parecía perder el tiempo. Muchas veces no había podido aguantar y se había pasado noches en el tejado llorando. Ella, era muy fría y solo necesitaba a alguien que le hiciera ver que la vida no solo es blanco y negro, que hay varios tonos de grises e incluso colores como el rojo. Ella quería creer en esas cosas pero nunca pudo. Cuando le llegue esa persona, se derretirá, romperá el muro que ella misma construyó a su alrededor, como el muro de Berlín, y lo mejor, es que será por amor.