Y te llamé, te llamé a las 3 de la mañana. Te llamé esperando que respondieras, esperando poder decirte que te necesitaba. Te necesitaba en mi vida y quería que lo supieras. Esperaba que me respondieras con un " yo también ". Tenía fe en ello. Y por enésima vez, la fe me falló. No respondiste a mi llamada, claramente tenías cosas mejor que hacer. Y quise seguir tal cual estaba, sólo que necesitándote un poco más. Y de tanto pensar en lo destrozada que estaba, me dormí, caí en el sueño de Odin. Al día siguiente, ya un poco mejor, apareciste de la nada preguntándome por la llamada. Al oír la pregunta las lágrimas me inundaron los ojos pero aguanté, cuando volviste a preguntar, ya con otro tono más suave, no pude más y reventé. No podía estar llorando más, por el bien de mi dignidad me calmé. Lo vi ahí plantado con esa cara de preocupación y se me cayó el alma. Respondí con la mayor dignidad con la que podia responder. Sólo me salió un " te necesitaba, te necesito" con un hilo de voz. Él, tal cual lo escuchó se acercó, con los ojos brillantes, que ojos azules tenía, me miró y simplemente me dio un abrazo. Es lo que necesitaba, enganchado a mi todavía le salió de la boca un " yo también te necesitaba, todavía te necesito y te necesitaré ". Y mi mundo volvió a ser mundo y nosotros, volvimos a ser nosotros.