A tu partida, mi corazón jugó contigo. Me dejó tirada y sin equipo. Era un puto chaquetero de mierda. Vio que equipo iba ganando, y para su suerte, era el tuyo. Creo que mi corazón lo hizo por necesidad, necesidad de no quedarse otra vez destrozado y solo, solo conmigo. Yo a él lo necesitaba y el cobarde salió corriendo. Y decir que yo soy la valiente, y lo soy porque lo tengo que ser y por cojones. Pero te digo que a base de tener que serlo, me volveré valiente, os necesito pero os sabré sustituir cabrones. Hoy, que está lloviendo; y no poco; se te echa en falta, pero poco a poco, día a día, te voy superando a ti mi corazón y a tu partida también, la que perdí por cobarde. Hoy me dueles un poco menos que ayer, porque eso de pensar en el pasado se esta pasando de moda. Eso de echar de menos se me hace raro incluso. Algún día os superaré a los dos, que me trajisteis dolor en bandeja pero también vitaminas de valentía en pastilla, las que tomaba cada día.
Hoy gracias a los dos, que ya no estáis, soy valiente y aprendí a amar sin corazón. Tiene su parte buena cuando decidas volver, no lo hagas , no te estaré esperando y tampoco te abriré las puertas, a tu espacio, corazón.
Gracias a los dos, simplemente gracias.