Y la llamé mi 'Roma'. Esa chica era especial. Por dentro era diferente en todos los sentidos, tenía gustos normales pero pensaba cosas que yo jamás habría pensado. Por fuera parecía maravillosa, era preciosa. Nunca había visto nada parecido; pero por dentro estaba en ruinas y habiéndolas visto, eran las ruinas más bonitas que había visto en mi vida. Destrozadas, rotas, pero por cada daño sufrido tenía una cicatriz, una junta reparada, un monumento reconstruido. Esas cicatrices eran la que la hacían especial, porque de cada una de ellas había aprendido, que nada es lo que parece, que hay gente que derribaría muros por ti, que mataría a legiones enteras por estar a tu lado y gente que no movería ni una piedra del Coliseo por ti. Porque tú, mi 'Roma' eres la conquista mas bonita. Que todos mis caminos me llevan a ti y lo mejor es que no es posible salir de ti. Porque una vez esos caminos estén recorridos se borrarán del mapa. Porque tú, mi 'Roma' eres lo mas bonito por fuera; y lo mejor es que; también por dentro.
Que de las ruinas siempre se aprende algo y tu, mi "Roma", me has enseñado la vida tal y como es. Imprevisible. Como cualquier día de Otoño en el norte, como una noche en París o un día en Roma.
Por que a ti, mi "Roma", te doy las gracias por enseñarme un trocito de la vida y de como es.
