2 libro de « Itoshi sister. »
- ‹ 𝗔𝗡𝗚𝗘𝗟 : OF BLUE LOCK ?!
𝐈𝐓𝐎𝐒𝐇𝐈 𝐀𝐊𝐀𝐑𝐈 debe continuar su historia pero con un curso diferente, nuevas caras, nuevos talentos y sobre todo, nuevos rivales. Sí la liga Ne...
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“ Charles Chevalier. ”
Charles miró con un notable e irritable aburrimiento aquel partido contra el Bastard München.
Su emoción se basaba en la pelirroja de ojos turquesas qué jugaba de una forma bastante curiosa y él quería entender, cómo jugaba y el por qué.
Charles sentía ¿curiosidad?, por ella. Después de todo, la había visto un par de veces en su estrato, hablando con Loki o con el aburrido del peliverde.
“Preciosura escarlata” era su apodo para ella, sus ojos turquesas eran lindos, además de qué su risa se escuchaba bastante bonita. Y su fútbol era interesante, después de todo era la única mujer de aquél tonto proyecto lleno de gente aburrida y cascarrabias.
A excepción de él y su gran amigo Ryusei, claro está.
Pero para Charles, ella era diferente. Claro, era una chica pero más allá de ello, ella era...rara.
Sus ojos cansados lo miraban, sus labios le mostraban una sonrisa y sus palabras una dulzura extraña.
Era amable con él, jugaban de forma no competitiva las pocas veces qué llegaron a verse e interactuar.
Charles estaba perdido, ¿qué significaba no poder sacarse de la mente a una chica que apenas conocía?
No lo sabía, le preguntó a Loki y su respuesta solo fue un:
︈── quizá te llama la atención, por eso deseas conocer más de esa persona y verle seguidamente. ︈── Loki dirigió su mirada nuevamente a su tableta
Pero para Charles no era suficiente, quería saber porque su sonrisa no se iba de su cabeza.
Eso era raro. Ella era rara, cómo cuándo un monstruo se disfraza de un oso de peluche, justo así.
Pero jamás podría ocultar su maldad, sus ojos siempre revelarían sus deseos oscuros. Y justamente eso pasaba con ella.
Pero para charles, eso solo era otro factor más qué aumentaba su curiosidad y eso le generaba gran molestia.
¡Quería verla!, preguntarle, hablar, escuchar su voz. Verla sonreír.
¿Debía de ir al médico?, ¡No podía distraerse tanto!, menos con una chica.
No con una chica cómo ella.
(...)
Ginevra extendió sus manos mientras el balón caía entre sus palmas, una sonrisa apareció en su rostro mientras sus oídos resonaban ante los gritos de euforia.
