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DIME LA VERDAD

🍁 || NARRA EMMA D'SIMONE

Las vacaciones habían terminado.

Y fueron una mierda.

A excepción del viaje con Niccolo. Fue lindo.

Recuerdo que en Florencia iba a ferias con Ginevra, probábamos diferentes hamburguesas, hacíamos pijamadas, visitaba con mi madre lugares bonitos de la ciudad o salía sola. En cambio aquí no tenía donde ir, no tenía otros amigos que no fuera Bella y ella no contestaba mis mensajes desde el domingo y hoy estábamos a lunes. Tampoco tenía dinero para salir y vi muy poco a Niccolo, creí escucharlo hablar por teléfono un par de veces (Pasaba en casa de su novia todo el día, era como su casa de acogida). No hablé con Camilla, también salía o pasaba metida en su habitación.

Retomamos otra vez la rutina escolar. Levantarme a las cinco y media, bañarme, vestirme, arreglarme ─ Solo arreglaba mi cabello y me echaba brillo. ─, desayunaba y luego ir a la escuela.

Desde el viaje, Niccolo y yo, por alguna extraña razón no pasábamos del hola. Siempre mantenía su cara larga y lo único que hacía era alistarse para ir a casa de Virginia.
Al llegar a clases encontré a Bella sentada en nuestro pupitre, aplicándose brillo labial.

─ ¡Hola! ─ Me acerqué muy animadamente, en cambio, de su parte recibí solo un ruedo de ojos.

Okey, esto estaba raro.

No quise preguntar, no sabía qué había hecho. Me encontraba en una sola baldosa.

Me senté a su lado, silenciosamente y así recibimos todas las clases hasta el receso. Bella no volteó a mirarme, solo tomó su porta lleno de yogurt y salió del salón de clases. Desconcertada salí tiempo después.

Se sentía raro estar sola nuevamente.

Miré a ambos pasillos, en uno vi al grupito de Niccolo, entre esos él y del otro lado estaba el grupito de Camilla. Todos observándome. Al parecer ya habían notado la distancia que tenía con mi amiga.

Porque por alguna extraña razón todos sabían todo en un instante.

Caminé en dirección a la pista de atletismo, ahí no debía estar Bella, pero mientras caminaba hasta allí escuché mi nombre.

Era Virginia.

Rodé mis ojos y caminé más rápido.

─ ¡Cuñadita! No trates de ignorarme. ─ Gritó y caminó más rápido hasta que tocó mi hombro haciéndome voltear.

Yo cerré mis ojos y solté un suspiro. Ahora quien sabe qué quería esta.

Ella soltó una risita y miró a sus amigas haciendo ceña para que se fueran. Ellas hicieron caso al instante, así que Virginia comenzó a caminar a mi lado enlazando su brazo con el mío.

─ Cuñis, ¿Dónde estaba tu hermanito este fin de semana? ─ Sin pelos en la lengua, preguntó.

─ Es tu novio, deberías ser la primera en saber.

─ Sí, pero solo quiero asegurarme. ¿A dónde fue?

─ No lo sé. ─ Contesté. ─ Pasó en tu casa todas las vacaciones.

Mentí.

Era muy extraño que ella me preguntara algo que Niccolo podía responder tan fácilmente.

─ ¿Y no sabes si tiene otra novia?

─ La única novia que conozco eres tú.

─ Es que últimamente lo he visto un poco raro. Pareciera que estuviera en otro lado... como si... como si estuviera pensando en otra chica, ¿No ha llegado ninguna otra a la casa?

KissesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora