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SENTIMIENTOS CON SABOR A DESAMOR

En Roma la temperatura comenzaba a bajar. Mi estación menos favorita del año. El frio resecaba la piel por lo que se debía tener más cuidado y mis pies siempre sudaban por el frio. Me coloqué el abrigo y bajé las escaleras para irme a la escuela.

A pesar de ser lo últimos días de septiembre para entrar a octubre, ya se podía notar la vibra otoñal. Hoy era viernes, último día para entrar a vacaciones de octubre y ya deambulaba un folleto hallowinesco donde anunciaban la fiesta de una tal Mattia.

─ ¡Hay que ir, Emma! ─ Dijo Bella mientras caminábamos por los pasillos en busca de un sitio donde sentarnos para tomar el descanso.
Yo puse mala cara. No me apetecía ir a una.

─ Sabes que lo necesitamos. Nos hemos esforzado mucho con las notas para obtener una beca en la universidad y también hemos estudiado mucho para el examen final.

Bella tenía razón. Desde que me enteré de que nos hacían un examen el cual definiría si estábamos preparados para ir a una universidad, he sacado lo mejor de mí. Sabía que mi madre podía pagarme cualquier universidad en estos momentos, pero prefería demostrarme a mi misma que podía conseguir una beca por mérito propio.

Ni siquiera mi madre podía, ya que el dinero era de Alessandro, no de ella. Yo no tenía el lujo de escoger, pero Niccolo y Camilla sí.

─ Tienes hasta las cinco para llamarme y decirme que no irás, de lo contrario daré por hecho que irás y nos encontramos allá, ¿Vale?

─ Valeee.

Nos sentamos en una banca que estaba en la parte de atrás del instituto, cerca de la cancha de futbol. A veces a Bella le gustaba admirar los cuerpos atléticos masculinos, pero corrimos con la mala suerte de que cerca estaba Enzo, con sus amigos. Al vernos él bufó malhumorado y Bella al darse cuenta hizo lo mismo, metiéndose una cucharada de yogurt a la boca y volteándose más a mi para darle la espalda.

"Chicos, lo mejor es que yo me vaya. Nos vemos a la salida" Eso salió de la boca de Enzo. Chocó sus manos con la de sus amigos en forma de despedida.

─ ¡Ese completo estúpido! ─ Gritó Bella sin importar que sus amigos estuvieran cerca. Se encontraba furiosa, demasiado, tanto así que parecía un tomate. ─ ¡¿Qué tan mala he sido como para que actúe de esa manera?!

De las dos yo era la más cuerda y paciente, y Enzo estaba actuando como un completo imbécil. Y aunque ambos pasamos un momento incomodo, Bella no tenía nada que ver y de cierta manera... me sentía culpable.

─ Emma, Enzo es mi mejor amigo, la persona más importante que tengo en mi vida y, ¡pensé que yo era el de él! Pero al parecer no es así.

Por un momento pensé que Bella lloraría, pero no había rastros de lagrimas cerca, solo alguien muy enfadado, y la entendía por completo. Quería enfrentarlo, por ella. Bella era muy impulsiva, defensora del pueblo, activista y justa, no le temblaba la lengua para decir su opinión, pero le daba miedo enfrentar los problemas y más cuando sabía que no iba a recibir la respuesta que quería escuchar.

Ambas nos quedamos en silencio, hasta que escuchamos unas risitas a nuestra izquierda, era Virginia con sus amigas. Había escuchado todo.

─ Vámonos, Emma. No tengo ganas de escuchar a perros chillar. ─ Dijo Bella lo suficientemente alto como para que ellas escucharan, mirándolas directamente.

Caminé detrás de ella ─que caminaba demasiado rápido cuando estaba molesta─. Tuve agarrarla del brazo para que se calmara. Sus piernas eran un poquito más largas que las mías y daban zancadas.

KissesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora