S I N O C O R A Z Ó N,
N O H A Y S E N T I M I E N T O SPor suerte ya era fin de semana. Había tenido una semana estresante, ese maldito instituto nos presionaba demasiado para las pruebas finales. Ni siquiera mi madre me presionaba tanto por ello.
Mi "Hermandad" con Niccolo seguía siendo una mierda, en estos últimos días solo nos dedicábamos a decirnos las cosas más ofensivas sin importar que Camilla estuviera presente. De Igual, a ella no hacía nada más que rodar sus ojos.
Y ni hablar de mi madre, ella se encontraba tan enamorada que se había olvidado de su única hija. Al menos, no volvió a dejarme sola en el desayuno, pero no nos veíamos hasta la noche, o a veces no nos veíamos, ya que salía con Alessandro y algunas veces llegaba cansada de su trabajo. Pero mentía, en realidad se iba a dormir porque extrañaba a su novio.
Decidí no prestarles atención a los pequeños detalles, al final su vida no giraba alrededor mío. Si seguía así me volvería loca.
Me desperté porque la licuadora dañada de la cocina retumbaba por mis oídos. Era sábado y quería dormir más. Se volvió un trauma despertarme a las cinco de la mañana para no llegar tarde a la escuela.
Tomé un pantalón corto de tela rojo y un suéter holgado beige que me había dejado mi mejor amiga para "estar más cerca".
Al bajar por las escaleras me encontré con mi linda familia tomando el desayuno. Mi madre tenía pinta de salir al igual que Alessandro. No me pareció extraño, ellos pasaban más en calle que en casa.
─ Milagro que despiertas, señorita. ─ Bromeó mi madre. ─ Creí que no me iba a despedir.
─ ¿Qué hora es? Ni que fuera tan tarde. ─ Respondí. A ella últimamente le importaba poco si me despedía o no.
─ Son las once, princesa. ¿Dormiste bien? ─ Me preguntó Alessandro.
─ Más que bien. ─ Dije con sarcasmo. ─ ¿A dónde van tan elegantes?
─ Ya que estamos todos... ─ Empezó anunciando mamá. ─ Su padre y yo estaremos este fin de semana por fuera. Ya saben, cosas de trabajo.
Sentí como un balde de agua con hielo cayendo sobre mí.
─ Mamá... ─ le tomé de la mano con cara de tragedia. ─ pensé que veríamos Roma juntas.
─ La bebé ahora no podrá vivir sin teta. ─ Se burló Niccolo, riéndose de su propio chiste sin gracia. Pero por suerte su padre le dio un codazo, codazo que tuvo que doler porque su cara cambió de inmediato.
─ Emma, solo serán dos días. Vendremos el domingo en la noche... ─ Contestó mi madre dándome calma.
─ ¿Y a dónde irán? ─ Preguntó Camilla serena, como si fuera de lo más normal para ella.
─ A Mónaco. Necesitamos legalizar algunos papeles de nuestra empresa en Francia. ─ Respondió su padre.
─ ¿Puedo ir con ustedes? Puedo quedarme en Florencia con Ginevra, sabes que soy como una segunda hija para su madre.
Ambas éramos amigas desde tiempos inmemorables. Solo que sus clases no iban con las mías y no hablábamos mucho.
─ Cariño, es más seguro que te quedes aquí. Te prometo que cuando regrese saldremos juntas. ─ Ella se levantó de la mesa dándome un beso en la frente.
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Kisses
Teen FictionEmpezar de cero para algunos es una gran oportunidad de comenzar a vivir la vida, pero para mí había sido un infierno. Todo fue tan extraño, peligroso, divertido pero un pecado. Un pecado que cometía mientras cambiaba mi vida junto a mi hermanastro.