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BAJO ESTRELLAS ESTRELLADAS

Como que se me habían quitado las ganas de ir a cenar esta noche y eso que extrañamente me encantaba la idea.

─ No pensé que fueras musico. ─ La voz de Niccolo me interrumpió. Él se encontraba apoyado en el marco de la puerta. ─ ¿Por qué no lo mencionaste antes?

─ No es como que me guste hablar mucho de eso. ─ Contesté estando en mi silla giratoria que se encontraba enfrente de mi escritorio.

─ De seguro eres buena.

─ Eso me han dicho... ─ Quedamos un momento en silencio. ─ ¿Sabes dónde es el restaurante famoso del que habla mamá?

─ En Roma hay muchos restaurantes famosos, pero conociéndola debe ser uno muy costoso... creo que es el momento perfecto para usar el vestido que te regaló Bel.

Yo quedé pensando unos segundos.

─ ¿Qué color es? ─ Preguntó.

─ Blanco con azul oscuro, ¿Por qué?

─ ¿Son tus colores favoritos?

─ No, en realidad es el blanco y el lila.

Él no dijo más nada después de eso, solo pensó unos segundos y se fue de la habitación. Yo reí por su acción, me levanté para cerrar la puerta y continué con lo mío.

Las horas pasaron super lento. Y apenas fueron las seis empecé arreglarme. Nunca me consideré lo suficientemente femenina, pero sí que lo era, me gustaba maquillarme, vestidos y faldas, pintarme las uñas, se sentía bien.

En cuanto terminé salí de mi habitación y noté que nadie estaba listo, era la primera. Me senté en el sofá a esperar y esperaba que no fuera por mucho tiempo.

Y así fue. Después de treinta minutos apareció Camilla con el vestido que le había regalado mi madre, era sencillo y de color blanco. Ella me sonrió sentándose a mi lado para ver su teléfono.

Después de un rato apareció Niccolo, con un Jersey azul oscuro, podía notarse que debajo de este tenía un suéter blanco y unos pantalones oscuros junto a unos zapatos blancos. Sonreí al verlo, para eso quería saber de qué color era mi vestido. Ambos no dijimos nada, pero lo habíamos entendido todo.

Luego apareció Alessandro, que llegó bromeando sobre algo que no entendí y luego mi madre. Se veía elegante y muy imponente. Si la hubiera visto años atrás creería que no es mi madre y la negaría por completo.

Al restaurante que fuimos se llamaba "Antico arco" quedaba cerca de donde vivíamos. Por suerte, vivíamos cerca de un parque central y turístico de Roma, en donde podíamos encontrar de todo. Niccolo decidió irse por aparte para disfrutar de su carro nuevo y Alessandro no pude negarse a la idea. Incluso, llegó primero que nosotros.
El restaurante era bastante elegante. Luces amarillas tenues, que le daban un toque acogedor, las mesas con su mantel blanco hacían verlo como un lugar esplendido, eso sí, no era muy grande.

Nos colocaron en una mesa frente a una ventana.

─ Se te ve espectacular ese vestido, Cami. ─ Soltó mamá sentados en la mesa.

Camilla solo asintió con una leve sonrisa, susurrando un gracias. No se veía muy animada como otros días, por lo general siempre hablaba con mi madre y Alessandro con mucho entusiasmo, en cambio hoy ni siquiera pretendía mirarlos.

Mi madre y Alessandro comenzaron a contar sus experiencias de vida en lo que traían la comida. Cuando me preguntaron qué quería ordenar quedé en blanco, ninguna comida se me hacía conocida, sentía que me hablaban en alemán, así que pedí un Rissoto de sepia o algo así.

KissesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora