08.

176 11 1
                                    



HOLA MALAS DESICIONES, SOY YO DE NUEVO.

🍁 || EMMA D'SIMONE.

Sentía unas horribles punzadas en mi cabeza. Quería arrancarme el cerebro. Se sentía como una lobotomía sin anestesia.

Quité las sabanas de mi cuerpo quedando completamente desnuda. Mi ropa se encontraba esparcida por toda la habitación. Espero no haberlo hecho con el primer chico guapo que se me atravesó.

O cualquier locura.

Busque mi teléfono por todos lados y ropa cómoda, pero no había nada de servicio.

Hasta que tocaron la puerta de mi habitación, y era Camilla, con un morral en sus manos. Ella se encontraba bastante bien y al verme me sonrió, una buena señal, eso significaba que no había sido una terrible noche, así que supongo que vamos por buen camino.

─ Espero que te mejores de la caída. ─ Empezó a hablar Camilla, ¿Caída? ¿Me caí anoche? ─ Nuestros padres se fueron de Luna de Miel. No estoy segura de cuándo regresarán, pero Niccolo me mandó a que te trajera esto... ─ Me extendió el morral. ─ se aseguró de traernos ropa limpia. Ah, por cierto, ahí está tu teléfono, Niccolo lo aseguró toda la noche. 

¿En serio estaba despierta o todavía me encontraba en un sueño lucido en donde Niccolo Govender era un todo caballero?

Yo me limite a sonreír. Mi cuerpo no reaccionaba correctamente y menos estando consiente que Niccolo removió toda mi ropa... en especial, mi ropa interior. Camilla se fue, cerré la puerta para ir directo al baño. Me urgía un baño.

Niccolo había tomado lo primero que tocara su mano al estar en mi closet. Al bajar, ambos hermanos estaban listos, sentados en el sofá de la recepción esperándome. Niccolo al verme no tuvo expresión alguna, nada extraño, solo se levantó y salió del hotel, montándose en el carro.

Ninguno emitió palabra alguna en el camino, parecía como si nuestros padres no se hubieran casado anoche y no se hubieran desaparecido por otras semanas más. Camilla estaba de copiloto con sus audífonos puestos, mientras que Niccolo conducía con un semblante serio. De vez en cuando apretaba su mandíbula como si pensamientos en su cabeza lo atormentaran. Y yo en la parte de atrás, con los ojos cerrados intentando tolerar el mareo.

Cuando llegamos, Camilla fue la primera en bajar del carro y yéndose a su habitación, expresando que la noche había sido demasiado larga y que anhelaba dormir en su cómoda cama. Yo iba hacer lo mismo, quería apaciguar el dolor de cabeza de una puta vez.

Justamente cuando iba a subir las escaleras Niccolo me llamó.

─ Emma, ─ Al verlo tenía un sobre de pastillas y un vaso de agua en sus manos. ─ tómate esto, te servirá para el malestar. ─ Dijo extendiendo un sobre con pastillas. ─ Con todo lo que bebiste anoche es un milagro que estes en pie ahora.

─ Gracias, ¿cuánto te debo?

─ No, nada de eso, solo te estoy devolviendo el favor. ─ Niccolo me extendió el vaso con agua.

Vale, ¿y cómo se llama este multiuniverso?

─ ¿Sabes dónde fue la luna de miel? ─ Pregunté intentando que no se formara un silencio incomodo.

KissesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora