ARGANIA : HEREDEROS DE UNA MALDICIÓN

Capítulo 19 | Los Tonus

♡Sam♡

Habían transcurrido más de una semana aproximadamente desde que Noha se fue, no volví a saber más nada de él, sin embargo se que Ivar lo ha visitado algunas veces en el mundo ordinario, a veces regresa cansado y preocupado, pero no me cuenta nada de lo que pasa allí, se reserva a hablar con el rey nada más,  una de las veces que cruzo el portal le pedí que me traiga noticias de Max y Alex, lógicamente no se pudo negar . He visto a Max un par de veces, dice que está todo bien que no me debería preocupar y que en Argania estoy segura, que no debería regresar, Ivar coincide con él, le dije que venga con Alex la próxima vez, pero me ha confesado que aún no se anima a contarle y que de apoco le irá contando sobre este lugar y lo convencerá. 

Al parecer todo está en orden, me contó, también que últimamente se llevan bien con Noha, lo que me parece extraño y a veces dudo  que sea cierto todo lo que me dice. Hay días que deseo volver al mundo ordinario pero el miedo y el temor a encontrarme nuevamente con la realidad me retuerce los huesos. Ivar insiste que me quede un tiempo más en Argania, no es muy explícito con sus palabras pero intuyo que no es un buen momento para cruzar el portal, sobre todo teniendo en cuenta lo acontecido con las sombras y el supuesto regreso de su príncipe oscuro. Así que siempre desistió y terminó cediendo a sus recomendaciones. 

Y no me quejo, de hecho, me encanta Argania, todos me tratan muy bien aquí. El rey se ha portado muy gentil, me dio una habitación en el palacio exclusiva para mí, es demasiado cómoda y lujosa, y ha nombrado a Ivar como mi guardián personal, por lo que ahora comparto mucho tiempo con él, y siempre está pendiente de mi. No sé cómo lo hace, tiene tantas responsabilidades pero aún así está para cuando lo necesitó. Es un ángel.

También he conocido al resto de los tonus, son bastante agradables y muy peculiares con sus poderes distintivos. 

Se organizan en grupos según sus habilidades, entre los tonus hechiceros, con los que más tiempo paso, se encuentran Romuana, Iruma y Kant. 

Iruma es hechicera de la tierra, tiene un gran poder con las piedras y una conexión extraordinaria con la naturaleza, por lo que casi siempre camina descalza, les gusta sentir las raíces y mantenerse conectada con su energía. Su vestimenta la representa muy bien, un hermoso y largo vestido marrón con detalles que parecen ser las raíces de un árbol, un sombrero del mismo color y detalles. Es muy bonita, su cabello castaño oscuro se camufla con la misma tierra y las hojas del otoño.

Kant, por su parte, es un joven fuerte, hechicero del aire, domina los vientos y el cielo a su antojo. También conoce las artes marciales a la perfección, cuando realiza sus poderes los hace con movimiento propios del taekkyon, se ve muy original y mágico. Su estilo también lo es, lleva puesto una especie de “Hi” o “Dobok” blanco, junto a un cinturón gris y en sus muñecas y antebrazos se desprende un brazalete plateado con distintas líneas en movimiento que representan el viento. Su cabello es negro y es tan largo que a veces usa una coleta, aunque generalmente dice que prefiera tenerlo suelto y asi el viento los haga bailar. Es muy simpático y amable.

Romuana es la lider de los Hechiceros, ella tiene una conexión única y especial con la magia, puede sentir las energías que la rodean y transformarlas en hechizos y poderes inigualables para derrotar a sus oponentes, por ejemplo cuando las sombras se escaparon, ella concentró toda la oscuridad y maldad que ellas esparcieron para crear una enorme esfera donde terminó aprisionando a todas las sombras que se encontraban en el lugar, también, en los días soleados se suele recargar de la energía del sol que le permite lanzar hechizos como si fueran rayos, cuando está cerca del mar puede controlar las olas y cuando está rodeada de árboles les da vida y los utiliza como parte de su equipo de lucha, son como enormes gigantes que actúan por y para ella . Es muy habilidosa y poderosa. Su cabello negro es intenso y su vestido verde despliega cierta luz energética y enigmática que la hace lucir fuerte y segura.