Capitulo 2 | El Castillo

265 92 265
                                    


El castillo, mejor dicho mi nueva casa estaba un poco retirado del pueblo donde quedaba la escuela, estaba prácticamente a unos metros del mar y sobre una colina rodeada de árboles, era un lugar exclusivo, nuestros vecinos estaban totalmente alejados.

El trayecto de la escuela a casa era relativamente largo, pero con mis hermanos habíamos encontrado un atajo a través de unos campos de plantaciones que nos llevaban a un pequeño bosque que quedaba justamente en el fondo de nuestra nueva casa, por lo tanto cuando salí de la escuela opté por tomar ese camino.

Iba caminando y bailando junto a la música que escuchaba por mis auriculares, cada tanto me trepaba a un tronco de árbol que me encontraba en el camino, me subía a él y fingía tocar una guitarra imaginaria, alzaba mis brazos y cantaba en voz alta, como si fuera una estrella de rock arriba de un escenario, disfrutaba de la música, cuando conectaba mis oídos a los auriculares me desconectaba de la vida. La música fue por mucho tiempo mi lugar seguro. Supongo que cuando uno vive en entornos donde hay mucho ruido, gritos y golpes, busca algo que los acalle y que suene más fuerte que ellos.

Estaba en medio de un espectáculo, cantando Dancing with Myself de Billy Idol , cuando giré de repente mi cabeza hacia un lado y pude ver una figura masculina apoyada en uno de los árboles, me aterre por completo ,perdí el equilibrio y caí de espaldas, el tronco de árbol era inmenso, así que cuando caí de el, quede prácticamente escondida de la vista de ese ser.

¿Y ahora que ?, me pregunté sin saber que hacer, estaba sola en un bosque y había una persona, un hombre, vigilándome desde los árboles, la situación me aterraba ¿ y si era un asesino? , este sería el último instante de mi vida. Quería ver quien era, pero no me animaba, me quedé en mi lugar por unos minutos sin moverme, sin emitir ruido alguno. Pasó el tiempo y mi supuesto asesino no venía hacia mí, así que creí que ya se había ido, ¡Claro, porque eso hacen los asesinos, acechar a su víctima y desaparecer cuando está más vulnerable!, pensé irónicamente.

Asomé mi cabeza por detrás del tronco de árbol que me ocultaba y pude verlo,parado al lado del árbol con una mano apoyada sobre el mismo y con la otra sosteniendo un cigarrillo al cual apenas rozaba con sus labios y esparcía el humo con delicadeza, Noha estaba ahí mirándome detenidamente, me había visto cantar y bailar sola como una demente, ¡Que vergüenza!.

Me quedé petrificada mirando sus ojos azules y la verdad es que si eran un viaje de ida, recordé las palabras de Anahi y aparte la mirada de ellos ante que se diera cuenta, aunque por la expresión de su rostro podría asegurar que si se percató de aquello y que disfrutaba de la situación, lo deduje por la mueca chistosa que dejó escapar en su sonrisa.

—  Bailando conmigo mismo. — dijo de repente mientras caminaba en dirección mía.

— ¿Qué?— dije mientras me levantaba del suelo y sacudía mi ropa.

— La canción que cantabas "Bailando conmigo mismo" , ese es su nombre — respondió mientras dejaba escapar una leve sonrisa de su rostro. Se estaba riendo de mí.

—  Si ya se que ese es el nombre de la canción.—  dije algo molesta por su actitud, me había pillado en mi momento de distracción, siendo yo misma, con mi música. No me causaba gracia para nada.

—  Perdón no me estoy riendo de vos.— respondió al darse cuenta de mi enfado.— Solo que es divertido porque la canción se llama "Bailando conmigo mismo" y tú evidentemente estabas bailando contigo misma. — dijo de manera divertida.

—  ¿Ahora me espías?.—  respondí mientras guardaba mis auriculares en mi mochila y enfilaba a seguir mi camino.

Noha arrojó su cigarrillo al suelo y lo apagó de un pisotón, luego continuó con la conversación.

ARGANIA : HEREDEROS DE UNA MALDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora