Capítulo 7 | Argania

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♡Sam♡

Recuerdo vagamente la primera vez que escuché el nombre de "Argania", más que un recuerdo vivido, creo que fue un sueño. La mítica leyenda de un mundo fantástico, donde la magia cobra vida. La clásica historia que te cuentan tus abuelos antes de dormir cuando eres un niño.

Argania, el otro mundo, el otro lado, o como quieran llamarle, existía, era real y yo me encontraba en el.

Me dolía la cabeza, sentía una punzada latente en todo mi pecho, cuando desperté me encontraba desorientada y confundida por todo lo que había acontecido, me tambaleaba en un mar de dudas, ¿Había soñado con esas sombras? ¿Quién era esa misteriosa pantera que llegó a mi rescate?.

__¿Dónde estoy?.__ me pregunté con los ojos desorbitados, observando cada parte de la habitación desconocida, mientras me incorporaba de la cama en la cual estaba recostada.

Mis ojos viajaron por todo el cuarto, era inmenso con enormes ventanales y cortinas de seda, la cama tenía una cubrecama acolchada con bordados muy delicados en sus extremos, en el centro una pintura retratando a Dionisio y Ariadna, recordé el mito de Teseo, la isla de Naxos y como crecí alimentandome de mitos e historias de grandes dioses y tragedias. ¿Era posible que exista todo aquello que leía en mis historias?¿ Acaso la fantasía y la literatura habían superado la realidad?.

Luego lo vi aparecer por el lumbral de la puerta, sus patas blancas inmensas, sus ojos amarillentos intensos, me erizaron la piel, de repente una especie de neblina comenzó a emerger a su alrededor y aquello que parecía un feroz animal se transformó ante mis ojos en un joven alto, de piernas y brazos finos, no pasaba los 20 años de edad, su piel era pálida, sus ojos color avellana y tenía el cabello todo desordenado de un color platinado reluciente.

Lo miré con estupor y él solo me devolvió una cálida sonrisa.

__ Despertaste.__ dijo de repente con su voz tranquila, serena, la misma voz que oí en mi estado de debilidad. Era él, fue él quien me trajo aquí.

_¿Quién eres?._ le pregunté.

__ Oh lo siento... no tuvimos tiempo de presentarnos con todo lo que pasó...__ dijo mientras se acercaba a mí y tomaba asiento en el extremo de la cama. __ Soy Ivar Leroy .__ me saludó amablemente extendiendo su mano para que la estrechara.

Mis ojos cayeron sobre aquellas finas y blancas manos, sus dedos eran delgados, sus muñecas se marcaban pronunciadamente, y por su brazo corría las raíces de sus venas azuladas que resaltaban sobre el papel blanco de su piel. ¿Estaba soñando?.

__ Vamos, tómala sin miedo... No muerdo...Bueno no en esta forma.__ dijo simpáticamente Ivar, al notar que analizaba sus manos y dudaba si estrecharla o no. Parecía ser alguien agradable, simpático, al fin y al cabo él me había salvado de una muerte segura ocasionada por esas sombras.

Le sonreí divertida por su broma. __ En esta forma.__ remarque. __ ¿Que se supone que eres?... ¿Cómo es que puedes hacer eso?.__

Luego estreché su mano y sentí una descarga eléctrica, como esas que te erizan la piel, fue como si ambos estuviéramos bajo un campo magnético que nos hacía saltar con el solo choque de nuestros dedos.

__Uuf... ¡Cuánta energía!.__ dijo sacudiendo su mano luego de aquel extraño y energético tacto. Luego añadió.__ Si , veras.. Bueno esta es mi forma humana... La otra que viste es solo la forma que adquiero para usar mis poderes...Seguro ya lo habrás notado. __

__ ¿Tus poderes?, ¿Forma Humana?... Creo que me golpee duro la cabeza .__ comente extrañada. ¿Era acaso real lo que estaba viviendo? y ¿Si Santa Clemencia tenía un virus en el aire o en el agua que me había infectado haciéndome volver loca?, pensé de repente mientras trataba de asimilar , al mismo tiempo que miraba fijamente al joven que tenía frente a mi, asegurándome que no se trataba de una alucinación.

ARGANIA : HEREDEROS DE UNA MALDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora