Capítulo XXII

93 24 4
                                    

Naruto

Salí de la tina, tomando una toalla de uno de los lados de la tina y enredándola en mi cintura. Hace poco había vuelto del lago, había aprovechado para nadar un poco en el agua fría, tal vez demasiado fría. Camine hacia el cuarto con velocidad arrojándome cansado sobre la cama, demasiado cansado como para hacer algo más.

Mis ojos se empezaban a cerrar cuando la puerta se abrió abruptamente. Levante la parte superior de mi cabeza, alarmado para calmarme en cuanto los ojos de Kurama se encontraron con los míos.

-¿Para qué te habían llamado?- pregunte desde la cama, la curiosidad obteniendo lo mejor de mí.

Kurama se acerco con velocidad hacia mí, tomando mi cuello en una mano y ejerciendo una ligera presión- Dime una cosa, zorrito. ¿Deseas volver a tu aldea?- sus ojos me miraron, calculadores.

-No- no dudé, ya había decidido que no tenía por qué volver. Retrocedí en la cama, alejándome de su agarre.

-Por tu bien...- su mano avanzo a mi mejilla, acariciándola cariñosamente- ...y el mío...- beso mis labios castamente, alejándose y mirando a mis ojos tan intensamente que sentía que miraba hacia mi alma- ...espero que eso no cambie, mi pequeño zorrito- la forma adoradora en la que pronuncio mi nombre causó estragos en mi columna y asentí hipnotizado.

Sus ojos finalmente abandonaron mi rostro, recorriendo mi cuerpo, una sonrisa depredadora me advirtió de lo que pasaría, e instintivamente intente retroceder, ajeno a mí, estaba demasiado cerca del borde y en cuanto intente retroceder mi mano resbalo desestabilizándome y condenándome a caer de la cama, si no fuera por la intrépida mano de Kurama que me sujeto firmemente por la cintura, pegándome a su cuerpo.

-¿Dónde crees que vas, zorrito?- se burló, acercando su rostro a mi cuello y delineándolo con su nariz- Creo recordar haber prometido algo antes de irme- sentí mi cuello humedecerse cuando su lengua probo mi piel, viajando hasta mi oído y soplando un poco de aire, me estremecí, pasando saliva.

-¿E...estás seguro?- Kurama rio, su voz bajando varias octavas, más grave. Su mano libre tomó la mía, llevándola a su entrepierna. Instintivamente intente alejarla, su mano aplico presión sobre la mía obligándome a sentirlo.

-¿Cambiaría algo?- su burló al tiempo que me empujaba hacia abajo. Caí sobre las suaves cobijas y al instante sentí como abría mis piernas, la toalla subiendo hasta la mitad de mis muslos y su cuerpo acomodándose en el espacio.

Sintiéndome valiente por unos momentos me atreví a contestarle, llevando mi mano libre a su cuello-Si me niego, ¿cambiaría algo?- sonreí.

Kurama rio con la voz ronca y los ojos dilatados- Por supuesto que no, hermosura.

En un impulso Kurama arrancó la toalla de mis piernas y lleve mis manos a su espalda en busca de soporte. Su boca se adhirió a mi cuello, dejando un camino de chupetones en mi piel y cuando sus dientes se clavaron en mi cuello mis uñas arañaron su espalda.

Su boca regreso al lóbulo de mi oreja, respirando sobre él antes de morderlo posesivamente- Te haré entender a quien perteneces, zorrito- su boca recorrió mi torso, lamiendo mis tetillas, haciéndome gemir mientras me miraba a los ojos- Después de mí, no habrá nadie más capaz de satisfacerte.

Rodeé su cintura con mis piernas, pidiendo por más. Kurama ronroneo ante mis acciones y sentí la necesidad enfermiza de sacar más de ese lado animal- Si lo quieres...- mi abdomen se tensó ante su lengua- ...consíguelo...- su mano tomo la mía de su espalda, arrastrándola hasta su entrepierna, un enorme bulto se sentía a través de la ropa- ...asume las consecuencias de lo que has causado, zorrito.

-Tan necesitado estás- me burle de Kurama. Tentándolo con mi mano.

Un gemido ronco se deslizo a través de sus labios- Estás jugando con fuego, mi pequeño- Desabrocho su pantalón en un tirón- Y con gusto te ayudaré a quemarte...- me empotró contra la cama, con su boca quedando justo en mi entrada- ...atraparte...-su lengua se adentró en mí, me arqueé, sobresaltado-...volverte adicto...- tomo mis tobillos, arrastrándome hasta que estuviera a la altura de su cintura-...rogar por más- me penetro hasta el fondo. Mi boca se abrió en un grito ahogado.

Primera embestida, la sensación me hace delirar- A partir de ahora, eres mío, mi pequeño. Y te recomiendo sientas pena por él que dejes te mire, porque será lo último que vea...- las embestidas aumentaron la profundidad y dureza-...por él que dejes te piense...-más rápidas. Mis brazos se apretaron a su espalda y mis uñas arañaron sobre sus músculos-...sólo yo puedo mirarte...-sus empujes lograron dar sobre mi próstata, mi vista se nublo-...pensarte...-mi abdomen su contrae, mis piernas tiemblan incontrolablemente sobre su cintura -...desearte...- Kurama me empuja contra la cabecera, mi cabeza se estrella contra ella, mezclando el placer y el dolor en una combinación deliciosa. Sale un momento, que se siente eterno, acomodando mis piernas sobre sus hombros, antes de regresar dentro mío-...poseerte- suelta en un rugido.

-Kurama- gimo, delirante cuando mi orgasmo me atrapa. Sus embestidas aumentan su bestialidad y me desplomo contra la cama cuando lo siento venirse dentro mío.

-Descansa, vida mía. Cuidaré de ti- susurra a mi oído, y la calidez llega a mi pecho con su cuidado. Siento como me toma en brazos de la cama, llevándome de regreso a la tina, y con las pocas fuerzas que me quedan me acurruco contra su pecho, el sueño empezando a alcanzarme. Cierro mis ojos, tranquilo, con la seguridad de que no me pasará nada con él. Ningún arrepentimiento, ni ahora ni nunca. 

Primer escena  +18 que escribo, espero les haya gustado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Primer escena  +18 que escribo, espero les haya gustado. ;)

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Unión forzada / Kyunaru_ KuranaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora