Capítulo III

1K 95 4
                                    

Habían pasado dos semanas desde mi último encuentro con Sakura, desde ese momento no había recibido visitas ni de ella ni de Sasuke, aunque puede ser que él siguiera en cama y no pudiera venir, realmente no sabía nada de lo que estaba pasando. Tsunade y Kakashi me han estado haciendo compañía durante estos últimos días, venían una o dos horas ya que como el equipo 7 había tenido esta situación lo habían reintegrado a anbu hasta nuevo aviso, lo que reducía su tiempo libre a casi nada, en cuanto a Tsunade ella estaba ocupada con el hospital y toda la presión que el hokage y el consejo han estado poniendo sobre ella para que se convierta en la quinta hokage. Agradecía que me hicieran compañía sacrificando las horas libres que tenían en mí. A pesar de su compañía no había podido evitarme el hablar con Kurama, extrañamente había estado comportándose de forma menos agresiva estos últimos días, además me estaba evitando el enfrentarme a mi propia realidad. Fui sacado de mis pensamientos por la voz de Tsunade, agradeciendo que no olvidara el visitarme, conociendo perfectamente el hecho de que pudo haber enviado a alguna enfermera en su lugar.

-Naruto- llamó mientras cerraba la puerta del cuarto, llevaba una carpeta blanca en sus manos y su típica bata médica- He estado observando tu recuperación y creo que en este momento ya estás listo para volver a entrenar mientras me prometas que no te excederás en tus entrenamientos. Es importante que mantengas un ritmo relajado durante los próximos días para evitar posibles lesiones en el futuro. Igual lo he hablado con Kakashi y él te ayudara- me miró, observando la duda en mis ojos ante sus últimas palabras- realmente te ayudara- me aseguró.

-Creí que no podría salir de anbu en un buen tiempo, ¿pasó algo?- había preguntado sobre el tema y me habían dicho que el consejo se oponía firmemente a la idea de que regresara a enseñar a un grupo genin, más cuando dicho grupo genin era el nuestro.

Tsunade suspiro y desvío su mirada hacia las cortinas cerradas unos segundos, me volvió a mirar- Naruto, esto es importante y si no te lo digo ahora te enteraras de una forma que preferiría evitar entonces escucha bien. En estas dos semanas que has estado internado aquí el consejo se ha mantenido insistiendo con mi toma de la posición del hokage. Sabes que el consejo civil, los consejeros y casi toda Konoha te temen por el poder que podrías llegar a conseguir al adquirir nuevos conocimientos, y ahora con el reciente intento de fuga de Sasuke eso también aplica a él. Sé que estás de acuerdo conmigo en que no mereces que te limiten cuando nunca has demostrado el querer o siquiera pensar en dañar a Konoha-asentí, cómo podían hacerme esto cuando lo único que he demostrado ha sido mi lealtad a Konoha a pesar de todos sus abusos contra mí- Bien. No podía permitir que eso pasara- me empecé a preocupar, empezaba a sospechar sobre el rumbo de la conversación- Naruto, acepté el puesto que se me ofrecía, ahora soy la quinta Hokage de Konoha- me desesperé, conocía las implicaciones que esto conllevaba.

-P..pero- dudé, temía tanto la respuesta a esta pregunta. Todo lo que podría cambiar. Mis manos empezaron a temblar, otra persona podría desaparecer de mi vida sólo que esta vez sería por mí. No pude sostenerle más tiempo la mirada, bajé mi cabeza ahora mirando hacia mis manos, seguían temblando, no podía detener ese temblor y odiaba tanto el estar en este estado frente a alguien; especialmente frente a ella imaginándome todo lo que tuvo que haber en juego para que ella tomara esta decisión - Pero nos seguiremos viendo igual, ¿no? Digo esto no tiene por qué cambiar las cosas. Todo puede seguir igual. Prometiste que cuando saliera iríamos a Ichiraku y que repetiríamos esto cuantas veces pudiéramos. Dijiste que me acompañarías ahí para celebrar mi cumpleaños- no quería restregarle sus promesas las cuales ahora sería imposible que llegaran a cumplirse, realmente no quería pero tampoco podía detenerme a pesar del dolor que sentía en mis palmas al apretar con tanta fuerza mis puños intentando detenerme, las bajé poniendo colocándolas sobre la sábana blanca de la cama ejerciendo aún más fuerza sobre ellas - Por favor, dime que es una broma- rogué.

-Lo siento, Naruto. Era parte del acuerdo que mis encuentros contigo se acabarían, pero no te preocupes demasiado, lo intentaré, ya verás que nos seguiremos viendo al menos un poco- me sonrió amablemente pero la había llegado a conocer mejor que eso, sabía de la tristeza y desesperanza que ocultaba tras aquella sonrisa. También había usado esa sonrisa, incontables veces, y de todas ellas nunca creí que llegaría a ser dirigida a mí. Pero justo ahora estaba ahí perforándome el pecho con su sola presencia. A pesar de ello repliqué de la misma forma. La había utilizado tantas veces que sabía que ella nunca descubriría lo que esta escondía.

-Está bien, sé que lograremos volver a vernos. Ha sido muy poco tiempo el que llevamos conociéndonos, sería una pena si no fuera así- le dije con falsa alegría.

-Exacto, ahora que tal si te sacamos de aquí y vamos por ese plato de ramen que prometí- Asentí teniendo en mente disfrutar de este día que probablemente llegaría a ser el último que podría pasar de esta forma.

Mientras Tsunade me desconectaba de todos los equipos médicos pensé en cómo podía haber llegado a pasar que la hubiera conocido tan poco tiempo pero hubiera llegado a generar un impacto gigantesco en mi vida al punto que después de todos los años que había pasado huérfano y aceptado la situación de que así seguiría, la había llegado a asumir como una figura materna. Una que ahora se me era arrebatada.

Unión forzada / Kyunaru_ KuranaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora