enséñame a ser feliz

años después

Flashback.......

Dany estaba en su habitación, rodeada de luz suave y el murmullo de risas nerviosas que venían de fuera. El vestido blanco que llevaba parecía flotar a su alrededor, pero su corazón latía con una mezcla de emoción y ansiedad. Era la última de sus hermanas en casarse, y aunque el amor por Valentín la llenaba de alegría, los nervios comenzaban a consumirla.

Paulina, la del medio, estaba a su lado, ajustando el velo de Dany con manos temblorosas. "Recuerdo lo nerviosa que estaba cuando me casé con Hanna", dijo, sonriendo de manera tranquilizadora. "Estaba tan segura de que iba a tropezar al caminar hacia el altar que casi me olvidé de respirar. Pero todo salió bien. Solo concéntrate en el amor que sientes."

Ale, la más pequeña, se asomó por el lado de Paulina. "Yo también tenía miedo", confesó, con una sonrisa juguetona. "Cuando me casé con Sofía, pensaba que iba a olvidarme de las palabras. Pero al final, mirarla a los ojos me hizo sentir que todo estaba bien. Solo piensa en Valentín. Él te ama y tú a él."

Dany respiró hondo, sintiendo el apoyo y el amor de sus hermanas envolverla. "¿Y si no le gusto como antes?" preguntó, su voz apenas un susurro.

Ambas la miraron con ternura. "Eres perfecta tal como eres", dijo Paulina. "No te preocupes por lo que piensen los demás. Este día es solo para ustedes dos."

Justo en ese momento, la puerta se abrió y apareció Luis, el padre de las chicas, con una sonrisa de orgullo. "Chicas, es hora de ir al altar", dijo con voz firme pero llena de cariño. "Dany, tu futuro esposo te está esperando."

Con un último vistazo a sus hermanas, Dany sintió que la confianza comenzaba a crecer en su interior. Con el apoyo de Paulina y Ale, y el amor de Valentín esperándola al final del pasillo, dio un paso adelante. Estaba lista para dar el siguiente paso en su vida.

Al llegar a la puerta de la iglesia, el mundo exterior se desvaneció para Dany. Miró hacia la entrada, y su corazón comenzó a latir con fuerza. El miedo la envolvió como una nube oscura; sus manos temblaban, y sintió que las piernas le fallaban. Era un momento que había esperado con ansias, pero ahora, la realidad la abrumaba.

Luis, notando la ansiedad en el rostro de su hija, se acercó y tomó sus manos con ternura. "Dany", dijo con voz suave, "recuerdo cuando eras pequeña y tenías miedo de la oscuridad. Siempre venías a buscarme, y yo te decía que nunca estarías sola. Hoy no es diferente. Estoy aquí contigo."

Sus palabras fueron como un bálsamo para el alma de Dany. La miró a los ojos, y aunque todavía sentía miedo, el amor y la seguridad que su padre le transmitía empezaron a calmarla. "Piensa en Valentín", continuó Luis. "Piensa en todos los momentos felices que han compartido. Esto es solo el comienzo de una nueva aventura."

La música comenzó a sonar desde el interior de la iglesia, un suave vals que llenó el aire de romanticismo y expectativa. Dany cerró los ojos por un instante, dejando que la melodía la envolviera. Luego, sintiendo la calidez de su padre, tomó su brazo con firmeza.

Luis sonrió, asintiendo con confianza. "¿Estás lista?" le preguntó, su voz llena de amor paternal.

Dany respiró hondo, sintiendo la unión con su padre y el apoyo de sus hermanas, que estaban justo detrás de ellos. Con un asentimiento, Luis empujó las puertas de la iglesia, y estas se abrieron lentamente, revelando un pasillo adornado con flores y luces suaves.

Al dar el primer paso hacia el altar, Dany sintió que el miedo comenzaba a desvanecerse. El amor por Valentín, el apoyo de su familia y la música que llenaba el aire la impulsaban a seguir adelante. Con cada paso, la sonrisa en su rostro se hacía más amplia, y el futuro que siempre había soñado se acercaba un poco más.