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25

La adrenalina de que en cualquier momento su padre tocará el timbre de la casa lo consumía, Tom reía por su desesperación mientras él parecía tener un colapso.

Su padre reconocía a Tom como el novio de su madre, bueno ahora el ex novio de su madre, sin embargo, sería bastante extraño que ambos estuvieran solos, sonrojados y con ese ambiente extraño que afirmaba que algo acababa de pasar entre ellos.

Tenía que ser demasiado ciego o idiota para no notarlo.

—Deja de reírte Tom, mi papá puede llegar en cualquier momento.

Tom se levantó y lo apreso en sus brazos antes de que el menor se tirara por el cabello en señal de nerviosismo.

— Tranquilo cariño, está bien, ya me iré ¿Si?

—S-si es lo mejor.

Tom sonrió y le dió un casto beso tratando de calmar aquellas ansias que lo consumían, porque estar cerca de Bill lo ponía ansioso, quería estar con el siempre, quería tenerlo en sus brazos, llenarlo de besos a cada instante y claro que también quería follarselo todo el tiempo.

¿Ya estaba loco acaso?

Rápidamente ambos bajaron entre risas y algunos besos cortos, hasta llegar a la planta baja.

—Te llamaré más tarde.

—Okay —el menor se puso de puntillas robándole un beso más al mayor para abrir la puerta dejandolo ir.

Tom no había traído la motocicleta por lo tanto debía tomar un taxi.

—Adiós amor, saludame a mi suegro.

La cara de Bill se torno roja por el apodo y de vergüenza, que tan descarado podía ser Tom, incluso se rió de su cara, aún así le dió un último beso y salió de casa con una sonrisa tan grande como la calidez en su corazón.

Se sentía tan bien cada vez que estaban juntos, encajaban tan bien que la idea de que pudieran separarse era algo que le aterraba.

Bill suspiro con tranquilidad, la misma que se fue cuando el timbre había sonado, a casi nada después de que el mayor se hubiera ido.

No era posible que su padre lo hubiera visto

¿Verdad? Obviamente que no, seguramente acababa de llegar a demás el no estaba enterado que Tom y su madre habían terminado así que...

No había nada que temer.

Por eso con emoción se dirigió a la puerta abriéndola con una sonrisa, se abalanzó al cuerpo de su padre en un abrazo y empezó a llenarlo de besos.

—Oh... Alguien no cambia así crezca mucho ¿No es así? —Bill rio y se bajó haciendo una reverencia hacia su padre.

—Hola Papá, estaba acabando de despertar.

—¿Si? Estás todo despeinado ¿Peleaste con la almohada? —el mayor revolvió el cabello de su hijo con una sonrisa y empezó a ver a su alrededor

—¿Tu madre está?

—¿Hmm? No, está trabajando.

El hombre por un momento miro a Bill con intensidad pero luego cambio su mirada por una sonrisa.

—¿Por qué no vas a darte un baño? Tengo ganas de complacer a mi hijo en un desayuno delicioso.

Bill asintio y sonrió dándose la vuelta para ir a su habitación, todo parecía bastante normal, ya no se sentía nervioso, se sentía tranquilo y eufórico, necesitaba tanto a su padre que no podía explicar la felicidad que sentía en esos momentos.

Mientras que el mismo parecía pensativo, podía haber jurado ver al novio de Amanda salir de casa y aún más, haberle dado un beso a Bill.

Pensó que se habia confundido ya que Bill es muy parecido a su madre y que en vez de Bill era ella quien lo había besado, pero ella no estaba, entonces...

—¿Que estás haciendo hijo mío? —murmuro cubriendo su cara con sus manos, esto sería un gran problema.

[...]

Por otra parte, Amanda se sentía acabada, se miraba en el espejo del pequeño polvo compacto.

¿De verdad estaba mal? ¿Acaso ya no era los suficientemente atractiva? ¿Era tan aburrida como Tom le había dicho?

Se sentía derrotada, era obvio que entendió los puntos del menor pero aún así no podía aceptar que todo había acabado
¿Que se supone que debía hacer? ¿Cómo podía conquistarlo nuevamente? Tom la atraía demasiado.

Quizás era su físico jover, atractivo y musculoso, o su divertida manera de ser o quizás lo bueno que era en la cama, pero le atraía.

Lo quería para ella, por un momento se cuestiono sus pensamientos ¿Estaba enamorada? No lo sabía y lo más probable era que no, después de todo jamás había dejado de amar al padre de su hijo, pero Tom le gustaba y mucho.

De verdad tenía que hacer algo, pero no sabía exactamente que y eso la hacía sentir aún peor.
Quizás solo debía dejarlo ir, no podía forzarlo a quererla nuevamente ¿No?

Así le doliera, Tom merecía a alguien que lo hiciera feliz...

[...]

—¿Está rico el omelette?

Bill asintio llevando otro bocado a su boca.

—¿Estás listo para mañana? Estoy tan emocionado de verte bailar.

Bill trago y sonrió

—Estoy muy preparado y más si estás aquí conmigo.

Ambos sonrieron, tenían un conexión increíble, la relación de padre e hijo que tenían era la más pura y fuerte que pudiera existir, si Bill algún día se convirtiera en padre, le gustaría tener esa conexión con su hijo.

El teléfono del menor se encendió mostrando un mensaje en pantalla.

<<Tomi>>

«Te extraño mucho amor ¿Ya comiste? ¿Estás pasándola bien?»

Bill abrió sus ojos con sorpresa al ver el mensaje y bloqueó el teléfono rápidamente.

Aunque su padre ya había visto el mensaje.

Lo que antes era una sospecha ahora se volvió una realidad, entonces cayó en cuenta.

Bill tenía algo con el novio de su madre.

Algo terminaria Bastante mal y no podía evitar preocuparse por el corazón y la estabilidad de su hijo.

Nuevamente se preguntó.

¿En qué te metiste hijo?