Bosque de los Anhelos, 1363 aps (Escala de presión abisal)
Orna entrelaza sus dedos con los míos rumbo a la aldea de las Seerhas.
Ambas procuramos mantener los ojos bien abiertos por si algún zorro intrépido se nos cruza en el camino para robarnos las provisiones, que no son más que un par de bollos, el trozo de queso que padre trajo esta mañana a casa y un puñado de frutos secos. Hoy se celebra la noche de las Seerhas, una fiesta artesanal que pocos en la capital conocen, para glorificar la existencia de las brujas que habitan esta aldea, tan eterna como escalofriante. Nadie sabe qué edad tienen, pero sí que han vivido durante distintas generaciones.
Sin embargo, nosotras queremos celebrar algo más.
Hoy cumplo trece años.
Miro a mi hermana de soslayo. La luz del atardecer se cuela entre la espesura del bosque bañándole el rostro de un dorado precioso. Su mirada ámbar reluce al posarla en mí y sonreírme con esa afabilidad que la representa. Le agarro la mano con fuerza, con un miedo a soltarla que me sorprende, porque nunca he temido separarme de Orna. Y siempre me he prometido que, incluso cuando ella se gradúe como guerrera de la muralla, seguiré protegiéndola. Me volveré una guerrera como ella, lucharemos juntas y, cuando llegue el fatídico día en que la muerte se presente para una de nosotras, espero que también lo hagamos juntas. Al menos yo prefiero morir antes de tener que llorar la muerte de Orna.
Los árboles y arbustos que rodean la aldea se abren paso. Huele a hierbas, a leña quemada y a miel derretida. La melodía de las mujeres que cantan alrededor de la gran hoguera impregna el ambiente de una energía que, al igual que las Seerhas, traspasa el tiempo y las generaciones. La magia antigua danza entre los aullidos que nos roban el aliento seguido de una sonrisa nerviosa.
Somos las hijas de la tierra,
salvajes y crudas.
Rezamos a Mhys, la sangre de la venganza,
porque la misericordia de Kard no nos ayuda.
Somos las hijas del mar y del cielo,
bravas y libres.
Rezamos a la venganza, la sangre vertida roja
porque la sangre exige sangre
y el perdón sobre los culpables jamás se arroja.
El fuego crece delante de mis ojos. Desde que esta aldea me acogió el día en que me perdí, he visto en él la esperanza. Sin embargo, hoy veo la muerte. Mis emociones se entremezclan con sensaciones que no conozco, que no pertenecen a este momento.
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©Piel de Cuervo (PDC) ROMANTASY
Fantasía🖤PREMIO MEJOR HISTORIA EDITORIAL SUBMARINO🖤 Trece chicos y chicas están a punto de participar en una expedición rumbo a las profundidades malditas del Abismo. Solo hay un objetivo: cosechar la Flor de Umbra para el Príncipe Cuervo. O eso es lo que...