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Detrás de mí escuchaba los murmullos que hacía aquella rubia, si mi oído no fallaba prácticamente ella estaba mal diciéndome y no sé una manera normal, podría decir que hasta deseaba mi muerte

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Detrás de mí escuchaba los murmullos que hacía aquella rubia, si mi oído no fallaba prácticamente ella estaba mal diciéndome y no sé una manera normal, podría decir que hasta deseaba mi muerte. ¿Por qué estábamos juntas? En pocas palabras, no pensé bien lo que hice, por lo tanto ambas terminamos en los camerinos del instituto cambiandonos aquella ropa que estaba llena de miel y harina.

Busque entre mi camerino si había alguna prenda de ropa, pero solo tenía la de deportes, suspiré irritada por la situación.

-¿Acaso no tienes ropa, idiota?

-Eso no es de tu incumbencia, rubia tonta. Gire mis ojos molesta y quite los botones de aquella camisa que traía dejando la en las bancas que habían ahí.

De nuevo escuchaba esos murmullos maldiciendome ¿Acaso era una niña? Ella había comenzado. Baje la falda que tenía puesta para luego enrollar mi cuerpo en una toalla, al girarme aquella rubia estaba igual.

Ignore la presencia de ella yéndome directo hacia las duchas, escuchaba los pasos de ella detrás de mí haciendo que mi piel se erizará ¿Era buena idea estar a solas con ella? Claramente no, pero aún así ya era obligación estar ahí.

Sentí gran satisfacción al sentir el agua de aquella ducha caer sobre todo mi cuerpo y quitar toda la suciedad que la idiota esa había provocado.

-Idiota, dame de tu shampoo. Ignore aquella "petición" que realmente no era una como tal.
-No me ignores.

-Pidelo bien, no soy ninguno de tus perros. Voltee a verla por el pequeño muro que tapaban nuestros cuerpos en las duchas, ella frunció su ceño molesta.

-¿Podrías regalarme de tu shampoo por favor? No traje el mío. La rubia fingió una sonrisa amable, solo levanté mi ceja con duda al ver que está me había hecho caso ¿Quien era el perro ahora? Solo extendí aquel bote de shampoo hacia la dirección de ella y está lo tomo agradeciendo de ante mano por aquello.

-Aún así sigues siendo una imbécil. Dijo después de tomar de aquel shampoo y devolverme este, solo la mire con cansancio ¿No podía cerrar su boca al menos una vez? ¿Debía ser yo quien se la cerrará? Era algo que mi cuerpo jamás se iba a negar de hacer, un buen golpe en su boca bastaría ¿No?

Al fin había terminado de asearme y podía irme lejos de ella, iba a irme de primera, pero ella había tomado la delantera dejándome atrás admirando como está dejaba un olor particular y era el mismo que el mío, nunca más iba a compartir mi shampoo con una rubia tan malagradecida.

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ᴅᴜᴍʙ ʙʟᴏɴᴅᴇ | ᴄʟᴏʀɪᴠɪᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora