ᴅᴜᴍʙ ʙʟᴏɴᴅᴇ | ᴄʟᴏʀɪᴠɪᴀ

7.

Mis labios y los de ella se unieron en un beso apasionado que tanto había estado esperado. Mis manos no sé resistieron más y abrazaron la espalda de ella, así atrayendo la hacia mí, pegando nuestros cuerpos rozando cada parte de ellos por la gran cercanía que tenían.

—Esto es un poco inapropiado.

—Pero fuiste tú la que me abrazo, yo solo quería darte un beso. La mujer me  miró con una sonrisa traviesa y sentía como mis mejillas empezaban a arder por la pena.

—Arle, es que realmente te extraño.

—Yo igual cariño, pero sabes que estoy muy ocupada.

Solo suspire cansada para luego volver a intentar besar a mí "amante" o así me gustaba decirle, pero ambas nos separamos rápidamente al escuchar la puerta abrirse, para la gran suerte mía, el que había interrumpido mi lindo momento era una de las personas más pesadas que conocía.

—Lyney ¿Que haces aquí?

—Vine a interrumpir el poco tiempo que tienen para tener su intimidad. El chico de ojos morados fijo su mirada en mí, yo solo pude darle una mirada de odio.
—No me gusta molestar a mi hermana mayor en sus cosas contigo niña rara, pero Navia me envió a molestarte especialmente a tí, Furina.

—¿A qué se debe que Navia envié a su sabueso detrás de mí?

—Por tu amiguita, Clorinde.

—¿Que hizo? El joven se rió para luego explicarle la situación en la que ambas estaban y la propuesta que le había ofrecido la rubia a su mejor amiga.
—En conclusión, hasta que tú amiga no acepte la propuesta de Navia no tendrás tiempo a solas con mi querida hermana.

Al escuchar eso sentía como un enojo crecía dentro de mí contra Clorinde, su grande e idiota mejor amiga, podía ir ahora mismo a ahorcarla por ser tan idiota y no aceptar tan maravillosa propuesta. Pero no lo haría necesitaba pensar en como convencer a Clorinde de aceptar eso, después de todo era una mujer demasiado complicada.