ᴅᴜᴍʙ ʙʟᴏɴᴅᴇ | ᴄʟᴏʀɪᴠɪᴀ

23.

Ella era realmente malvada, ella sabía que tenía control sobre cada gesto, mirada y el tacto que le daba a mí cuerpo, me volvía loca. Pensaba que no era inteligente, pero viví engañada por meses al creer eso, podía notar como ella manipulaba la situación y me hacía hacer lo que ella quería, la reina de la manipulación.

—Que cansado... Furina golpeó mi hombro mientras caminábamos hacia la salida, solo pude asentir ya que no ponía atención como tal.
—¿Cómo hacen tu y Navia ahora?

—¿De que hablas?

—Sí, escuché que ahora ella tiene a alguien. Ese alguien era yo, los rumores de que aquella rubia tenía a alguien, era por las marcas que había dejado en su cuello, ahí empezaron a especular sobre el nuevo amor de Navia.

—Ella asiste con normalidad a las tutorías.

Aquella rubia se había hecho realmente responsable sobre las tutorías, ya que en sí no eran tutorías como tales. Cada encuentro que teníamos era un espacio para satisfacer nuestros deseos masoquistas, quien diría que el único secreto que tenía aquella rubia era que le gustaba que la tratarán mal. Hablando de la masoquista ella me veía de lejos, pero se acercó a mí, algo que nunca hacía si no era necesario ¿Pasa algo?

—Hoy no iré, mañana nos vemos. ¿Eh? La rubia me miró unos cuantos segundos esperando respuesta que simplemente fue un "está bien" su rostro parecía confundido, pero solo se alejo con su grupo, a lo lejos ví como ella tomó el brazo de un chico que no había visto en aquel instituto.

—¿Decías? Furina se burlo de mí, claro había quedado como una idiota.

¿En serio tenía a alguien nuevo? Era imposible... Aquella rubia no tenía tiempo para conocer a alguien, ya que la mayor parte del tiempo estaba en el instituto o recibiendo tutorías... Pero ¿Por qué pensaba tanto en ello? Era la vida privada de ella y no era algo que debía importarme después de todo.