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—¿Por qué estás tan feliz últimamente?
—No es nada padre, solo el equipo de animadoras. Mis ojos estaban clavados en aquel plato lleno que tenía frente a mí, no tenía apetito aunque la comida se viera exquisita.
—Ya veo... Tu madre me comentó que invitaste a una amiga a la casa.
—No es una amiga como tal... Es mi tutora.
—¿Una tutora? ¿Tu madre contrató una? Si es así, porque esa tutora viste tan mal. El comentario de mi padre había sido causado perfectamente por mi querida madre, ya que ella criticaba el vestuario de cualquier persona, aún así no podía juzgarla... Era experta en moda, su trabajo se dirigía solo a eso.
—No... Ella solo es mi compañera de clase.
—Ya veo, no quiero que una persona así vuelva a entrar a nuestra propiedad. No podía sentir más desprecio por mi padre, era una persona sumamente egocéntrica y clasista, me levanté de la mesa con enojo, pero el carraspeó en su garganta hizo que me detuviera ahí. —Sabes perfectamente que las personas de Spina di Rosula no pueden relacionarse con la clase baja.
De mis labios solo salió un "Sí padre" retirándome de ahí, aquello habia sido una advertencia ya que él quería que cortará todo lazo que me uniera a ella, pero está vez no iba a permitir que él tomara las riendas de mi vida. Cualquier persona que él no viera bien no era merecedor de estar a mi lado... Odiaba esa parte de él, siempre me había controlado como a su maldita empresa, como si yo fuera un negocio, un sucio negoció.
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