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Estos días la rubia había estado distanciada a mí, no entendía la razón del porque y tampoco quería preguntar

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Estos días la rubia había estado distanciada a mí, no entendía la razón del porque y tampoco quería preguntar... Aunque sabía que debía hacerlo, solo que me daba miedo pasar sobre la linea que ambas habíamos puesto. Aún así le había escrito para vernos en la azotea del instituto, necesitaba al menos tenerla cerca y quizás averiguar que pasaba sin preguntar, también cubrir mi otro problema.

Ese problema era mi cuerpo que se sentía cansado de alguna manera, como si no tuviera energía en él, esperando una recarga, una recarga de una rubia de ojos azules, piel palida y labios rosas, esa era la recarga que necesitaba para mi cuerpo. Me había vuelto dependiente al contacto físico con la rubia, como si ella fuera la mejor droga del mercado y yo una maldita adicta que no sabía cómo salir de esa adicción por la ansiedad que me dejaba dejar de consumirla.

—No quiero tener sexo hoy... ¿Podrías abrazarme? Sus ojos azules me veían con tristeza, su imagen de Golden retriever no tenía su brillo especial, era como si la cachorra estuviera desanimada por la perdida de un juguete.

Ella paso sus brazos por mis costados abrazando mi torso con un poco de fuerza, mis brazos la abrazaron atrayendola hacia mi cuerpo. Mutuamente compartimos nuestro calor corporal, podía escuchar mi corazón latir por la situación y mis pensamientos resonando en mi cabeza, era la primera vez que abrazaba a la rubia.

—¿Que tienes, Navia? La situacion me había hecho al fin preguntar sin importarme pasar esa linea trazada.

—Mi padre me prohibió verte, porque cree que no eres alguien que merece estar a mi lado por ser de clase baja. Podía reírme ahí mismo de ella ¿Acaso no sabía que venía de una familia multimillonaria?

—¿De que trabaja tu padre?

—Tiene una empresa, Spina di Rosula. Conocía aquella empresa, mi padre y el de Furina eran unos de los mayores socios que tenía esa empresa.

—No estés triste por cosas tontas.

—¿Quien dice que estoy triste? Ella se apartó rápidamente de mi cuerpo mirándome con enfado ¿No lo estaba? Si parecía un cachorro sin su madre.

—Claro lo que digas, cachorra.

—¿Cachorra?

—¿No te han dicho que pareces un Golden retriever? Ella al parecer no se esperaba eso ya que todo su rostro se torno de rojo, solté una pequeña carcajada.

—Eres una imbécil.

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ᴅᴜᴍʙ ʙʟᴏɴᴅᴇ | ᴄʟᴏʀɪᴠɪᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora