GOOD BUDDY (2da TEMPORADA) (En emisión)

EXTRA 23 (+18)

Ohm

No…

No hay nadie más que tenga mi vista sobre él todo el tiempo posible. No existe nadie más aparte de Nanon.

A veces tengo miedo que él no sienta lo mismo que yo siento por él, sobretodo con la misma intensidad en que yo lo hago.

Es fácil para mí enamorarme de él.

En todos estos años que estoy en Corea, he tratado fervientemente de enamorarme de otra persona.

Pensé en algún momento que todos esos sentimientos por él habían sido producto de experimentar algo nuevo, por eso al inicio me acosté con algunos hombres, pero descubrí que no me producen los mismos sentimientos que tengo cuando Nanon está cerca.

Incluso cuando tuve sexo con Win, no sentí nada, ni una pizca de amor que sentí cuando estuve con Nanon.

Sí, hubo energía sexual alrededor pero solo eso y eso no es amor.

Ya no soy un joven de 20 años, soy un hombre de 30 años.

Nanon ha cambiado un poco físicamente, pero aún sigue teniendo esa cara de niño. Y aquí estoy, con mi corazón gritándole amor a cada segundo y mis ojos y memoria grabando cada cosa que hace.

No se ha sacado el polo porque dice que no se siente confiado de su físico, claramente no sé de qué habla si todo en él me atonta.

Está jugando con Pipoca y cuando se ríe, solo puedo verlo a él y la bonita escena alrededor de él. Cómo esas películas donde solo enfocan a uno de los protagonistas.

¿Es normal ver brillitos alrededor de él? Sobretodo cuando sonríe. Ya es de noche, por eso se me hace un tanto raro.

Mis pies tienen ruedas porque en segundos he llegado hasta él y lo he abrazado por la espalda, empezando a oler sus cabellos y dejando un beso casto en su mejilla.

No quiero avanzar rápido otra vez, pero Nanon no está cooperando porque es precioso por donde lo vea. Cualquier parte de su cuerpo dice ‘besable’.

— ¿Qué haces? —Me pregunta con una voz suave y un poco temblorosa.

Yo solo continuo oliéndolo y dejando cortos piquitos en la piel de su cuello, haciéndolo sonreír y soltar suaves quejidos.

En esta misma posición lo llevo poco a poco hasta estar un poco lejos de la mirada de algunas personas.

Del éxtasis creo que no se ha dado cuenta que lo estoy dirigiendo hasta una parte de la playa donde no transita mucha gente.

Ya aquí es cuando con una de mis manos le ha hecho girar el rostro para al fin morderle los labios.

Después de muchos años, nuestros  labios se han encontrado.

El gira su cuerpo y me besa de igual manera.

Entre jadeos y mordidas, fuí llevándolo a lo oscuro.

Se notaba a leguas que ambos estábamos necesitado del otro y los jadeos semi pesados lo demostraban.

— Vamos al bungalow.

Buscamos a Pipoca y retomamos el camino.

Esta vez ambos nos tomamos de la mano, un poco nerviosos.

Cuándo llegamos, abrió la puerta y él empezó el beso, me empujó a la pared y comenzó a besar el cuello, se sintió tan bien que llevará la delantera.

No perdí tiempo y coloqué mis manos debajo de sus nalgas y levantarlo del culo.

— No llegaremos a la cama —Le dije.