La noche había caído en el valle, y la oscuridad parecía cobrar vida propia. Los árboles susurraban entre sí con el viento, mientras las estrellas brillaban en el cielo despejado. Sin embargo, mi mente estaba ocupada por la figura oscura que había aparecido ante mí. Sus palabras resonaban en mi mente, y no podía sacudirme la sensación de que estaba al borde de algo monumental.
No podía quedarme quieto, así que decidí salir de la cueva que habíamos estado utilizando como refugio. La noche fresca me dio la bienvenida, y me acerqué al río, buscando la calma que me eludía. Cuando llegué, el agua reflejaba las estrellas, como un espejo que multiplicaba la belleza del cielo.
—Khaled —la voz suave de Maya me sacó de mis pensamientos. La vi acercarse, su expresión preocupada—. Te he estado buscando. ¿Estás bien?
La miré, sintiendo que había un abismo entre nosotros. Ella era la voz de la razón, el agua que fluía con serenidad, y yo me sentía como un volcán a punto de erupcionar.
—No sé si estoy bien —respondí, sintiendo el peso de la inquietud—. Vi algo en el bosque... algo que me dijo que el tiempo se está acabando. No solo para mí, sino para todos.
Maya frunció el ceño, y su mirada se tornó intensa.
—¿Qué viste? ¿Quién era? —preguntó, su voz firme.
No sabía si debía contarle todo. La figura oscura había dejado una huella profunda en mi mente, y no estaba seguro de cómo se relacionaba con mis propios poderes. Pero sabía que necesitaba su apoyo.
—Era una figura oscura. No podía ver su rostro, pero su presencia era abrumadora. Me dijo que la cuenta regresiva no solo es para mí. ¿Qué significa eso? —dije, sintiendo que la angustia se apoderaba de mí.
Maya se quedó en silencio, reflexionando. Su expresión mostraba que estaba conectando puntos, y sabía que había algo más grande en juego.
—Esto puede estar relacionado con la conexión que tenemos con el fuego y el agua —dijo finalmente—. Tal vez hay otros, como nosotros, que están siendo afectados por lo que llevamos dentro. Puede que nuestra llegada a este valle haya desencadenado algo que no entendemos.
Un escalofrío recorrió mi espalda. No solo era mi lucha. Había más en juego de lo que había considerado, y eso me aterraba. Si había otros, ¿quiénes eran? ¿Eran aliados o enemigos?
—Debemos encontrar respuestas —dije, sintiendo la determinación renacer dentro de mí—. No puedo dejar que esto nos alcance sin luchar.
Maya asintió, y su mirada se volvió seria.
—Entonces, busquemos a otros. Tal vez podamos unir fuerzas y descubrir lo que está sucediendo. Pero debemos hacerlo con cautela. No sabemos a qué nos enfrentamos.
Juntos, nos sentamos junto al río, la luz de las estrellas iluminando nuestros rostros mientras trazábamos un plan. El silencio del valle se sentía pesado, como si la tierra misma estuviera escuchando nuestra conversación.
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Al día siguiente, comenzamos nuestra búsqueda. El valle era vasto, lleno de secretos, y nos sumergimos en su naturaleza salvaje. A medida que avanzábamos, me esforzaba por mantener mi fuego bajo control, intentando conectarlo con el entorno. Con cada paso, la energía dentro de mí se sentía más viva.
Caminamos durante horas, buscando indicios de otros que pudieran estar luchando con poderes similares. Nos aventuramos más allá del río, hacia un área boscosa densa, donde la luz apenas podía penetrar.
De repente, Maya se detuvo en seco, y yo la seguí, sintiendo una energía extraña en el aire. Una figura se acercaba entre los árboles. Era delgada, alta, y aunque la luz era tenue, pude distinguir su cabello largo y oscuro, que caía sobre sus hombros como una cascada de sombra.
—¿Quién eres? —preguntó Maya, su voz resonando con firmeza.
La figura se detuvo, y sus ojos brillaban con una intensidad inusual, iluminando su rostro con un resplandor casi sobrenatural.
—Soy Aiden —dijo, su voz suave pero poderosa—. He estado esperando. Sé por qué están aquí.
Mis sentidos se agudizaron. El fuego dentro de mí se agitó, y mi instinto me decía que Aiden no era como la figura oscura que había visto anteriormente. Sin embargo, había algo en su presencia que me intrigaba.
—¿Esperando? —pregunté, tratando de calmar la voz temblorosa en mi interior—. ¿Qué sabes de nosotros?
—He sentido el cambio en la energía del valle —explicó Aiden, avanzando un paso hacia nosotros—. Sé que ambos tienen habilidades especiales, y están en peligro. La cuenta regresiva que llevan en sus cuerpos está ligada a una fuerza antigua que se ha despertado en este mundo.
Maya y yo intercambiamos miradas. No era solo nuestra lucha; había algo más grande, una batalla que iba más allá de nosotros.
—¿Qué podemos hacer? —preguntó Maya, su tono lleno de determinación.
Aiden sonrió, pero su expresión era seria.
—Primero, deben aprender a dominar sus habilidades. Solo entonces podrán enfrentarse a lo que viene. La oscuridad que acecha en este valle no solo busca destruirlos, sino que quiere liberarse de su prisión. Y están a punto de hacerlo.
El aire se volvió denso, y el fuego en mi interior pareció reconocer la amenaza. No era solo una batalla personal; era una guerra por el equilibrio de los elementos, y nosotros éramos los elegidos para combatirla.
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La revelación de Aiden nos llevó a un nuevo entendimiento de nuestra misión. Mientras la cuenta regresiva seguía marcando el tiempo, la lucha por dominar nuestros poderes se convertía en algo más: una batalla por la supervivencia del mundo en el que vivíamos.
Con la esperanza renaciendo en nuestros corazones y la urgencia empujándonos hacia adelante, comenzamos a prepararnos para enfrentar la oscuridad que amenazaba con devorarlo todo.
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El Elegido de las Cifras
Spiritual¿Qué harías si pudieras recordar todo desde el momento de tu nacimiento? Desde el primer segundo, sentir el tiempo avanzar más rápido, notar cómo tu cuerpo crece a un ritmo alarmante y, para colmo, ver números misteriosos aparecer en tu piel. Esta e...