Después de la impactante revelación de Aiden, la atmósfera en el valle se tornó más tensa. La idea de que una fuerza oscura estaba a punto de liberarse de su prisión era aterradora, y aunque estaba emocionado por encontrar a alguien más que compartía nuestras habilidades, el peso de la responsabilidad me oprimía.
Nos reunimos en un claro rodeado de árboles altos, donde la luz del sol apenas alcanzaba el suelo cubierto de hojas. Aiden se puso de pie frente a nosotros, su figura esbelta y segura emanaba una extraña energía. Maya y yo nos miramos, ambos sintiendo que estábamos a punto de adentrarnos en algo más grande que nosotros mismos.
—Para combatir la oscuridad, primero deben comprender sus propios poderes —comenzó Aiden—. No solo se trata de fuego y agua. Lo que cada uno lleva dentro es una manifestación de su ser, una parte de su historia. Khaled, tú debes aprender a aceptar el fuego como una extensión de ti. Y tú, Maya, necesitas entender que el agua no solo calma, también puede ser destructiva.
Las palabras de Aiden resonaron en mí. Sabía que mi fuego había causado dolor y destrucción, pero había momentos en los que había sentido su poder como algo bello y transformador. ¿Cómo podía reconciliar esos dos aspectos? La lucha interna que había estado llevando a cabo durante tanto tiempo se intensificaba.
—¿Cómo lo hacemos? —pregunté, sintiéndome tanto nervioso como expectante.
—La práctica es clave —dijo Aiden, con una sonrisa en su rostro—. Y deben aprender a confiar el uno en el otro. A veces, las respuestas no vienen de dentro, sino de la conexión que forman entre ustedes.
Maya asintió, su determinación brillando en sus ojos. —Vamos a hacerlo. ¿Qué necesitamos hacer primero?
—Empecemos con ejercicios de conexión —dijo Aiden—. Necesitan sentir sus energías mutuamente. Khaled, deberás invocar el fuego sin dejar que consuma a Maya. Y Maya, tendrás que guiar a Khaled, manteniendo el agua presente sin dejar que su fuego te asuste.
Me sentí intrigado por la idea de unir nuestras energías, pero también sabía que sería un desafío. El fuego siempre había sido incontrolable para mí, y la idea de involucrar a Maya me llenaba de nervios.
Nos situamos uno frente al otro en el claro, y Aiden se retiró un poco, observando atentamente.
—Comencemos. Khaled, enfócate en el fuego dentro de ti. Imagina cómo se siente, cómo arde —dijo Aiden—. Y tú, Maya, relájate. Deja que el agua fluya a tu alrededor, en sintonía con Khaled.
Cerré los ojos y respiré profundamente, tratando de conectar con el fuego en mi interior. Sentí la energía chisporroteando, una llama viva lista para ser liberada. Pero entonces, recordé lo que Aiden había dicho: debía mantener el control.
—Toma mi mano —dijo Maya, extendiendo su mano hacia mí.
Tomé su mano con cautela, y al contacto, sentí una corriente de energía fluir entre nosotros. Era como si el agua de Maya estuviera abrazando mi fuego, y por un momento, la calma me envolvió.
A medida que me concentraba en mi fuego, lo visualicé como una danza, como una luz que podía brillar sin consumir. La llama creció en mi interior, pero esta vez no sentí el impulso de dejarla escapar con furia. En cambio, canalicé el calor hacia mi mano, creando una pequeña esfera de fuego que flotaba suavemente en el aire entre nosotros.
—¡Eso es! —gritó Aiden, su entusiasmo era palpable—. Ahora, Maya, usa el agua para guiarlo. Permítele fluir sin perder el control.
Con una mirada decidida, Maya cerró los ojos y comenzó a murmurar palabras suaves. El aire a nuestro alrededor se volvió fresco, y una fina neblina de agua comenzó a elevarse de su mano. A medida que la neblina se acercaba a la esfera de fuego, se mezcló con su luz, creando un espectáculo deslumbrante de colores y formas.
El fuego y el agua se entrelazaban en una danza de equilibrio, formando un hermoso vórtice que giraba lentamente. Nunca había experimentado algo así. La tensión que había estado cargando se desvaneció, y por primera vez, sentí que mis dos lados podían coexistir.
—Sigan así —instruyó Aiden—. Pero no se concentren solo en la forma. Sientan la conexión. Ustedes son uno con el fuego y el agua.
Mientras continuábamos, me sumergí en la conexión con Maya, sintiendo cómo nuestras energías se entrelazaban y fortalecían. El fuego seguía vivo en mi interior, pero no era una amenaza; era un compañero. Un aliado.
Después de unos minutos, la esfera de fuego y agua se desvaneció en una explosión de luz y vapor. A medida que la neblina se dispersaba, abrí los ojos y vi a Maya sonriendo. Sentí un profundo vínculo entre nosotros, una comprensión de que juntos éramos más fuertes.
—Lo hicimos —dije, la emoción llenando mi voz—. Sentí el fuego de una manera diferente.
Maya asintió, su mirada brillante. —Y yo sentí el agua fluir de una forma nueva. Esto puede funcionar.
Aiden se acercó, su rostro iluminado por la alegría. —Eso fue solo el comienzo. Tienen un gran potencial, pero deben seguir trabajando juntos. Pronto, se enfrentarán a fuerzas que pondrán a prueba su conexión.
La perspectiva de un futuro incierto y desafiante se cernía sobre nosotros, pero el progreso que habíamos logrado en aquel momento era un faro de esperanza. Sentía que, sin importar lo que viniera, podríamos enfrentar cualquier cosa si permanecíamos unidos.
—Lo haremos —afirmé, con renovada determinación—. No dejaremos que la oscuridad nos venza.
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Con el sol comenzando a ponerse, sabíamos que el camino por delante sería difícil, pero estábamos listos para enfrentar lo que se nos presentara. La llama de la verdad brillaba en nuestro interior, y juntos, nos convertiríamos en un fuego imparable.
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El Elegido de las Cifras
Spiritual¿Qué harías si pudieras recordar todo desde el momento de tu nacimiento? Desde el primer segundo, sentir el tiempo avanzar más rápido, notar cómo tu cuerpo crece a un ritmo alarmante y, para colmo, ver números misteriosos aparecer en tu piel. Esta e...