-Esta es solo mi opinión, pero el amor es la maldición mas retorcida de todas y tal vez, la mas poderosa.
-Satoru
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Fanfic SatoSugu/SuguSato que hice porque no encont...
Yorozu despertó en un espacio completamente obscuro, no entendía nada de lo que estaba sucediendo, no veía nada, no sentía nada, ni siquiera su cuerpo, lo único que era capaz de hacer era pensar.
<<¿Esta cómoda señorita Yorozu?>>
Una voz tranquila se coló en sus pensamientos y el miedo comenzó a alterar su mente.
"¿Quién eres? ¡MUÉSTRATE MALDITO!"
<<Criatura estúpida, ¿te atreves a hablarle así a tu nuevo amo?>>
No sonaba molesto, pero ese tono tranquilo y su incapacidad para actuar la tenían aterrada ¿Qué demonios era?
"¿Amo? No digas estupideces, ¡te ordeno que me liberes! ¡es que acaso no sabes quien soy!"
Debía liberarse o no la contaría, sin embargo pese a sus quejas y gritos ya nada respondió. De repente, sus sentidos volvieron, y entonces un sabor a vómito bañado en excremento se coló por su garganta alcanzando sus fosas nasales también.
El sabor de una maldición Su sabor
Sus huesos y entrañas comenzaron a crujir, produciendo una melodia que combinada con sus gritos de agonía transmitían su inminente final.
Y finalmente la imagen de quien la consumía en su totalidad.
<<Gracias por la comida mi horrible Yorozu>>
...
—Estará bien tía Shoko?
"Tía" aquel título le sentaba bien y le hacía sentir tan contenta.
—Claro que si linda, Tsumiki estará bien, solo está en shock, sus signos vitales son buenos, así que solo hay que esperar
Las gemelas la miraron más tranquilas
—Ahora, será mejor que vayan a dormir, deben aprovechar ahora mientras aun no entran a la escuela, yo me quedo con ella.
Las dos jovencitas asintieron y se retiraron, y Shoko finalmente se concentró en la otra persona a su lado
—¿Cómo es que Megumi no está aquí hostigandome eh? ¿Sabias que esto pasaría?— cuestionó la castaña.
—No, el y yo seguíamos entrenando, luego Satoru apareció, dijo que lo necesitaba para una misión y se lo llevó
—Pero que no Megumi entrará a la academia hasta dentro de 15 días?
—Si, pero ya sabes como es Satoru, seguramente le quiso dar la "bienvenida" o algo así
—Ay no, pobre de el— exclamó Shoko compadeciendose de su otro "sobrino"
—No tanto, es fuerte y aunque lo niegue, disfruta de una buena pelea, además, no es por presumir, pero ha mejorado mucho en combate cuerpo a cuerpo, así que dejé que fuera para ponerse a prueba.
Geto hablaba orgulloso de su alumno y su amiga solo lo miraba satisfecha.
De repente el teléfono de casa sonó y la maldición se apresuró a atender.
—¿Bueno?— eran la 1 de la mañana, ¿Quién rayos los buscaba a esa hora?
—Señor Geto— el sonido de esa voz hizo a Suguru alterarse —necesito ayuda, ¿que tan rápido puede llegar a Miyagi?
...
Llamó un par de veces, pero Satoru no respondió, si no hacía algo el joven de cabellos rosados moriría, era una buena persona, no podía permitirselo, sin embargo se confío demasiado de sus shinigamis.
"Debes apoyarte más de tus habilidades físicas y reforzarlas con poder maldito, tu técnica es fuerte, pero debes dejar de depender de ella"
Las palabras de su maestro resonaban en su cabeza y se maldijo así mismo por olvidarlas, sin embargo en su miedo vislumbro una esperanza y de inmediato marcó un número distinto.
...
Había sido un día extraño para el rey de las maldiciones, primero vislumbro nuevamente el mundo, maravillandose con la cantidad de humanos a los que podría masacrar, sin embargo fue "sometido" por su recipiente que lo obligó a mantenerse a oculto dentro de el, cosa que era inconcebible, después se encontró a un usuario del ritual de sombras y al usuario del infinito en el mismo lugar, cosa poco común pues eran hechiceros con rituales únicos. Sin embargo, su mayor sorpresa fue la maldición que ahora regañaba al usuario de los seis ojos.
—No es que Megumi no sea fuerte, es que tu no puedes desaparecerte y dejarle todo el trabajo así como así— regaño visiblemente molesto
—Pero solo fui a buscar recuerditos para ti y para las niñas— replicó el albino con un puchero en los labios haciendo que el rostro de la maldición se pintara de un tenue rosa, aún con ello Suguru no cedió.
—Y lo agradezco, pero no es excusa!
—Podrían parar— habló la boca de Sukuna en la mejilla del joven —Parecen un matrimonio
—Ay tu crees Sukuna?
—CÁLLATE!
Ambas voces sonaron al mismo tiempo, una visiblemente despreocupada y alegre y la otra totalmente furiosa, no por la comparación si no por todo lo sucedido hasta ahora.
Sukuna se ocultó nuevamente en el joven, tras escuchar a Suguru su alma había tenido una sensación extraña, ¿miedo?, no estaba seguro, nunca lo había sentido, sin embargo sabía que en ese momento con su alma incompleta, esa maldición era más fuerte que el.
—Déjame pelear con el, 10 segundos solamente
—¿Qué?— exclamaron al unísono el pelirrosa y los dos pelinegros.
—Solo 10 segundos, luego vuelve a la normalidad, ¿Quieres?
Suguru observó a Satoru y con la seguridad de que nada pasaría solo apartó a Megumi.
—Pateale el culo cariño— exclamó Suguru cuando tuvo al joven a una distancia segura.
—Por ti mi vida lo que sea— respondió Satoru guiñandole un ojo
Ambos se regalaron una sonrisa y Megumi solo rodó los ojos ya acostumbrado a sus cursilerias y juegos.
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