CAPITULO 12

6 1 1
                                    

Esa misma tarde un hombre canoso y de baja estatura entro en la habitación explicandome que se dedicaba a la medicina y que Izan le había pedido que me checara la pierna y el cachete.

-¿desde cuando lo conoce? - por la manera en que habla de el suena a que lo conoce de tiempo ya.

- desde que era un niño - valla eso explica el porque.

- ¿y no le tiene miedo? - me mira  extrañado.

- no tengo porque, el joven Izan siempre ha sido un niño bueno y ahora un joven justo, en comparación con su padre, es muy buen muchacho - si lo describe de esa manera es porque de seguro no lo conoce.

Sus manos atienden mi herida con sumo cuidado, cambiando los vendajes y colocando un ungüento en mi cachete inflamado.

- no lo se, me da miedo - no puedo evitar ver el horizonte a través de la ventana - siento que quiere encarcelarme y no dejarme ir nunca -.

- Eso es porque está enamorado - como flash mi cabeza se gira en su dirección y veo como rompe a reír con mi reacción.

- eso no es verdad, el odia a las mujeres - al menos eso me dijo el.

- no eres ese tipo de mujeres, si te odiara no estaría yo aquí curando tu herida, es bueno pero cuando se trata de ser indiferente, nada lo detiene - a qué tipo de mujeres se refiere.

- ¿que mujeres son las que odia y que hay de su prometida? - demasiadas dudas y pocas respuestas.

- creo que ya hablé demasiado lo mejor sería que hablara tu con el -

- Estás en lo correcto tío, Ya hablaste demasiado - nuestras miradas se clavan en el marco de la puerta en la que Izan se encuentra recargado.

- ¿terminaste? - se ve extremadamente molesto.

- si joven - sin decirle nada, solo haciendo un ademan con su cabeza le ordena salir de la habitación.

Ahí afuera parece haber una profunda plática entre ellos hasta que veo su silueta entrando a la habitación.

- ¿Por qué interrogar a mi doctor por mi pasado? -

- simplemente tenía mis dudas -

- porque mejor no nos ahorramos el cuento mareador y me dices la verdad -

- no te estoy entendiendo, aquí el único que oculta cosas eres tú -

- a si, porque no me dices para quien trabajas o quién te ordeno investigarme -

- ya te explique que no tengo ni idea de lo que me acusas y sabes que, ya me siento en condiciones de irme así que si me entregas mis cosas prometo que no volverás a verme - estoy harta de sus acusaciones yo no pedí venir aquí.

- ¿ahora que te descubrí quieres huir? - es un cabeza hueca, llegó tan rápido hasta donde estaba que me tomo por sorpresa - crees que dejaré que te vallas así de fácil, No dejaré que escapes hasta saber que es lo que ocultas.

Su rostro está justo frente al mío que me produce escalofríos.

- Basta, no estoy para tus juegos, quiero irme - trato de levantarme pero sus fuertes brazos me regresan a la cama - que estás...-

Sus labios aprisionan a los míos provocando que apenas pueda respirar mentiría si dijera que no besa bien pero está situación no es lo que esperaba.

- ya sea que me mientas o no, te tendre aquí, solo para mí -

Sus labios regresan a los míos, volviéndose cada vez más candentes, por más que trato de alejarlo no logro moverlo mis gemidos salen en el momento que su mano toca mi pecho, al estar en cama no he tenido tiempo siquiera de ponerme brazier lo que facilita sus caricias a mis pezones.

A pesar de que sus caricias son placenteras no puedo evitar que el miedo de sus palabras me recorran el cuerpo provocando que mis lágrimas comienzan a salir.

- ¿Que quieres de mi? - pregunte como pude entre sollozos, no se en que momento me metí en este problema.

La noche que nos conocimos, el fuego ardía en sus ojos, haciendo que quedara embelesada.

Eran dos llamas opuestas, una que iluminaba y otra que quemaba.

Yo no sabía que pronto estaría atrapada en este infierno, ver su mirada en este momento solo me parece un espejo que me refleja a mi misma y me absorbe poco a poco en la lujuria.

- No creas que llorando dejaré de tenerte - apenas termina la frase comienza a besarme fuertemente.

En varios movimientos se deshace de mi ropa, he tratado de detenerlo en varios momentos pero mi fuerza y mi pierna herida no ayudan en absoluto.

Sin siquiera pensarlo entro en mi de manera bruca provocando un gemido de mi parte, no me gusta la manera en la que están pasando las cosas pero mi cuerpo se niega a rechazarlo.

Han pasado unos minutos y el placer en mi interior se ha hecho presente sus fuerte estocadas me han provocado dos orgasmos ya.

- Ni pienses que estoy terminará pronto - su grave voz en mi oreja hace que me recorra una corriente eléctrica por todo el cuerpo.

Sus grandes manos acarician cada parte de mi y cuando creo que no puedo perder más la cabeza un tercer orgasmo se hace presente de nuevo, y tal como dijo esto sigue sin terminar.

Se retira y pienso que al fin esto ha acabado pero no puedo estar más equivocada, se recuesta boca arriba y con delicadeza toma mi cuerpo y me sienta de lado sobre el, puedo sentir su miembro en lo más profundo de mi.

Sus caderas se mueve de manera que no puedo evitar sentir que de nuevo algo viene.

- Basta, para porfavor, ya no puedo más - estoy agotada física y mentalmente.

- ¿aún deseas irte? - es más que obvio que quiero alejarme de ti loco.

Cómo si pudiera leer mis pensamientos sus movimientos se intensifican y el líquido caliente de el acompañado las palpitaciones de su miembro me llevan al grado de que todo mi cuerpo se entumezca y todo se oscurece a mi alrededor.

~~~ IZAN ~~~

En el momento que la mire en la estación no pude apartar la mirada de ella, sus hermosos labios, me imaginé besandolos mientras me decían te amo.

Pero las circunstancias nos han traído a esto completamente diferente de lo que esperaba.

Verla tirada completamente inconciente por el placer que le he dado y que he recibido me provoca un serie de sentimientos encontrados, jamás he sentido atracción hacia nada que no fuera el dinero y mi poder.

Prometiendo casarme con la hija de uno de mis socios de México hace 3 años y llevando 2 de compromiso pero por alguna razón después de tenerla en mis brazos todo eso paso a ser historia.

Quería odiarla, quería matarla para evitar sentir lo que siento, ahora solo veo a una hermosa mujer marcada por el fuego de mi propia locura el solo imaginar que se valla de mi lado me molesta.

Pero de igual manera me intriga saber quién es esta mujer, porque hombres armados la atacarían por orden de su madrastra, de algo estoy seguro esa mujer la quería de vuelta ya fuera viva o en una caja.

Y a qué se deben todas sus pesadillas o porque tiene esas marcas en sus piernas.

- Con solo tocar un mechón de tu cabello me entran las fuertes ganas de abrazarte -

No quiero amarla, las mujeres no valen la pena solo llegan a destruir lo que construyes, estaré bien mientras pueda saciar mi deseo carnal en ella.


FUEGO Y ESPEJOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora