NarradorEra un día soleado en Los Ángeles, y la estación de bomberos 118 estaba en plena actividad. Las sirenas sonaban con frecuencia, pero dentro del corazón de Eddie Díaz, había un silencio que solo él podía escuchar. Su mirada se posó en Buck, quien estaba concentrado en revisar el equipo de rescate. A pesar del bullicio a su alrededor, Buck parecía distante, como si una nube oscura lo envolviera.
Eddie sabía que algo no estaba bien. Desde que habían comenzado su relación, había notado que Buck a menudo se lastimaba a sí mismo emocionalmente. Era como si buscara una forma de llamar la atención, de probar que aún era digno de amor y cuidado. Pero cuando estaban solos, Buck se sentía vulnerable y solo.
Esa tarde, después de una larga jornada de trabajo, Eddie decidió que era hora de hablar. Se acercó a Buck mientras este limpiaba las herramientas.
—Oye, Buck —dijo Eddie suavemente—. ¿Podemos hablar un momento?
Buck levantó la vista, sus ojos azules reflejando una mezcla de sorpresa y miedo. Asintió con la cabeza y lo siguió al pequeño rincón detrás de la estación donde solían tener sus momentos más tranquilos.
—¿Qué pasa? —preguntó Buck, frotándose las manos nerviosamente.
Eddie tomó aire profundo antes de responder. Sabía que este momento era crucial para ambos.
—He notado que te lastimas a ti mismo… no físicamente, sino emocionalmente. Y quiero que sepas que estoy aquí para ti —dijo Eddie con sinceridad—. No tienes que hacer nada para llamar mi atención; ya estoy aquí.
Buck bajó la mirada, sintiendo un nudo en el estómago. Las palabras de Eddie resonaban en su mente. Había pasado tanto tiempo sintiéndose solo incluso cuando estaba rodeado de personas que lo querían.
—A veces siento que no soy suficiente… —murmuró Buck—. Como si tuviera que demostrar algo.
Eddie dio un paso adelante y tomó las manos de Buck entre las suyas.
—No tienes que demostrar nada —replicó—. Eres increíble tal como eres. Y me duele verte sufrir así. Quiero ayudarte a sanar esos pequeños cortes en tu corazón.
En ese instante, los ojos de Buck se llenaron de lágrimas contenidas. Por primera vez en mucho tiempo, se sintió visto y comprendido.
—No sé cómo hacerlo… —susurró Buck.
—Podemos hacerlo juntos —le aseguró Eddie—. Te prometo que estaré a tu lado en cada paso del camino.
Fue entonces cuando Christopher apareció corriendo hacia ellos con una gran sonrisa en su rostro.
—¡Papá! ¡Buck! ¡Mira lo que encontré! —gritó el niño mientras levantaba un pequeño juguete en forma de camión de bomberos.
La risa contagiosa de Christopher llenó el aire y rompió la tensión entre ellos. Eddie miró a Buck y vio cómo su expresión cambiaba; la tristeza comenzaba a desvanecerse con la alegría del niño.
—Ves —dijo Eddie sonriendo—. La vida está llena de momentos hermosos también. No estás solo en esto; siempre tendrás a Christopher y a mí contigo.
Buck se agachó para abrazar al niño y luego miró profundamente a Eddie.
—Gracias por estar aquí —dijo con sinceridad.
Eddie sonrió mientras sentía una renovada esperanza en su corazón. Sabía que el camino hacia la sanación sería largo, pero también sabía que juntos podrían enfrentar cualquier desafío.
Las tres figuras se abrazaron en un cálido momento familiar, rodeados por el sonido lejano de sirenas y risas infantiles, recordando que siempre había luz incluso en los días más oscuros.
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un Dulce beso (Buddie )
Fanfictionflufftober Evan y Eddie ¡Este mes me lanzo a dos retos creativos! Espero que mis ideas no se quemen como las galletas que hice la última vez. ¡Acompáñenme en esta aventura!"