día 6 mudanza

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Narrador

Era un brillante y soleado sábado por la mañana cuando Buck y Eddie se despertaron en su nuevo hogar. Después de semanas de buscar, finalmente habían encontrado el lugar perfecto: un acogedor apartamento que tenía suficiente espacio para ellos y para Christopher. La mudanza había sido planeada para su día de descanso en la estación de bomberos, y ambos estaban emocionados por el nuevo capítulo que estaban a punto de comenzar.

Buck se estiró en la cama, sintiendo la calidez del sol entrar por la ventana. Miró a su lado y vio a Eddie aún dormido, con una expresión tranquila en su rostro. Era un momento perfecto, pero había mucho que hacer. Buck se levantó cuidadosamente para no despertarlo, se puso una camiseta y bajó a la cocina.

Mientras preparaba café, recordó cómo había sido el proceso de mudanza. Habían estado juntos en la estación cuando comenzaron a hablar sobre lo que significaría para ellos vivir juntos. Eddie había mencionado lo mucho que le gustaría tener un espacio donde Christopher pudiera jugar y sentirse seguro. Buck no pudo evitar sonreír al pensar en lo emocionado que estaba Christopher por tener su propio cuarto.

El aroma del café llenó la cocina, y poco después, Eddie apareció, rascándose la cabeza mientras se frotaba los ojos.

—¿Qué hora es? —preguntó con una voz somnolienta.

—Es hora del café —respondió Buck con una sonrisa—. Y también de empezar a desempacar.

Eddie soltó una risa suave mientras se acercaba a la cafetera. Se sirvió una taza y tomó un sorbo. Su rostro se iluminó al sentir el calor del líquido.

—Esto es justo lo que necesitaba —dijo—. ¿Listo para enfrentarte al caos?

Buck asintió con entusiasmo. Aunque sabía que mudarse nunca era fácil, estaba emocionado por el desafío. Tenían cajas apiladas en cada rincón del nuevo apartamento, algunas etiquetadas y otras no tanto.

Después del desayuno, ambos se pusieron manos a la obra. Mientras empezaban a desempacar, Buck notó cómo Eddie organizaba las cosas con una meticulosidad que siempre le había fascinado. Cada caja se abría con cuidado; sus manos fuertes movían los objetos como si estuviera trabajando en un rescate más que en una mudanza.

—¿Dónde quieres poner esto? —preguntó Buck mientras sostenía una caja llena de libros.

—Creo que deberíamos hacer una pequeña biblioteca en la sala —respondió Eddie—. Justo al lado del sofá.

Buck sonrió al imaginarse acurrucados allí con Christopher leyendo cuentos antes de dormir. La idea de construir un hogar juntos lo llenaba de alegría.

Mientras continuaban trabajando, escucharon el sonido familiar de las llaves girando en la cerradura. Era Christopher, quien regresaba del parque con su madre después de pasar la mañana jugando.

—¡Papá! —gritó el niño mientras entraba corriendo al apartamento—. ¡Mira lo que tengo!

Christopher sostenía un dibujo hecho por él mismo: un sol brillante rodeado de árboles y flores coloridas.

—¡Es hermoso! —exclamó Buck, arrodillándose para admirar el arte—. ¿Puedo colgarlo en tu habitación?

Christopher asintió entusiasmado, sus ojos brillando de felicidad.

Eddie observaba con una sonrisa mientras Buck ayudaba a Christopher a encontrar un lugar especial para su dibujo en la nevera. Era momentos como estos los que le recordaban lo afortunados que eran por tenerse mutuamente.

Después de un rato organizando las cosas, Eddie sugirió hacer una pausa para almorzar. Juntos decidieron pedir algo para llevar desde el restaurante favorito de Christopher: hamburguesas y papas fritas.

Mientras esperaban que llegara la comida, Buck decidió llevar a Christopher a explorar su nueva habitación. Abrieron la puerta y entraron juntos.

—¡Wow! —exclamó Christopher al ver el espacio vacío—. Es grande.

Buck sonrió mientras observaba al niño correr alrededor del cuarto, imaginando cómo sería llenarlo con juguetes y decoraciones.

—¿Qué te gustaría tener aquí? —preguntó Buck mientras seguía a Christopher.

El niño se detuvo por un momento, pensativo.

—Quiero una cama alta —dijo finalmente—. Y muchas luces brillantes.

Buck rió ante la idea; sabía cuánto disfrutaba Christopher las luces parpadeantes durante las noches de cuentos.

Mientras hablaban sobre cómo decorar la habitación, escucharon el timbre de la puerta: era el repartidor con su almuerzo. Buck salió rápidamente a recibirlo mientras Eddie seguía organizando algunas cajas más en el pasillo.

Al regresar con las hamburguesas humeantes y las papas fritas crujientes, todos se sentaron alrededor de una pequeña mesa improvisada en la sala llena de cajas vacías.

—Esto es mejor que cualquier comida rápida —dijo Eddie mientras mordía su hamburguesa—. ¿No crees?

Christopher asintió con entusiasmo mientras devoraba sus papas fritas.

Después del almuerzo, decidieron tomar un descanso antes de continuar con las tareas pendientes. Se acomodaron en el sofá (que todavía estaba cubierto con mantas) para ver un poco de televisión juntos; era uno de esos momentos sencillos pero perfectos que hacían que todo valiera la pena.

Mientras estaban sentados juntos, Buck miró a Eddie y luego a Christopher, sintiendo una profunda satisfacción en su corazón. Se dio cuenta de cuánto significaban ambos para él; eran su familia elegida y estaban construyendo un hogar lleno de amor y risas.

Después del descanso, volvieron al trabajo con renovada energía. Pasaron horas desempacando cajas y organizando cada rincón del apartamento hasta que finalmente quedó todo en su lugar. Aunque había sido agotador, también fue increíblemente gratificante ver cómo cobraba vida su nuevo hogar.

A medida que caía la noche y se encendían las luces del apartamento, Buck miró a Eddie mientras este arreglaba algunos detalles finales en la sala.

—¿Sabes? Me encanta cómo ha quedado todo —dijo Buck sonriendo hacia él—. Siento que hemos creado algo especial aquí.

Eddie sonrió ampliamente mientras dejaba caer sus herramientas sobre la mesa:

—Sí... es nuestro hogar ahora —respondió con ternura—. Y sé que solo mejorará con el tiempo.

Christopher apareció corriendo desde su habitación:

—¡Papá! ¡Mira mi cama alta!

Buck miró hacia atrás justo cuando Christopher saltaba sobre su nueva cama alta llena de almohadas esponjosas y mantas coloridas; era como si hubiera entrado directamente al castillo mágico que siempre había soñado tener.

La risa contagiosa del niño resonaba por todo el apartamento mientras saltaba felizmente sobre su cama alta, haciendo reír también a sus padres adoptivos

Al final del día, después de haber terminado casi todo lo necesario para establecerse allí, los tres se reunieron nuevamente en el sofá para relajarse juntos tras un día tan productivo e inolvidable .

Eddie se acomodó entre ellos mientras encendía su programa favorito para ver antes de dormir; todos estaban cansados pero felices por haber hecho realidad ese sueño compartido: ser una familia bajo un mismo techo lleno risas .

Con cada episodio transcurriendo lentamente , empezaron hablar sobre planes futuros , aventuras familiares , viajes o simplemente disfrutar pequeños momentos cotidianos .

Y así fue como Buck , Eddie & Christopher sellaron este nuevo capítulo lleno amor , unión , complicidad ; creando recuerdos únicos cada día .

Amo a los buckley - Díaz ♥️

un Dulce beso (Buddie )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora