Era una noche oscura en Los Ángeles, y la lluvia caía suavemente, creando una atmósfera casi mágica. Eddie estaba en un bar, riendo y disfrutando con sus compañeros de trabajo después de un largo turno. Sin embargo, el alcohol comenzó a hacer efecto, y su mente se llenó de pensamientos que había estado guardando en secreto. Entre risas y tragos, no podía dejar de pensar en Buck.
Mientras el bar se llenaba de música y risas, Eddie decidió salir a tomar aire fresco. Allí estaba Buck, apoyado en la pared, con esa sonrisa encantadora que siempre lo hacía sentir mariposas en el estómago. En ese momento, Eddie sintió que no podía contener más lo que llevaba dentro.
—Hey, tú..., dijo Eddie con una voz un poco más alta de lo normal. —Te pareces a un amigo mío”.
Buck se giró, arqueando una ceja con curiosidad. —¿A cuál amigo? preguntó con una sonrisa traviesa.
Eddie se acercó un poco más y, con una mirada soñadora, respondió: —A Buck. Un amigo que me gusta... es igual a ti, güerito. En ese instante, la sinceridad de sus palabras flotó en el aire como si fuera un secreto compartido solo entre ellos dos.
Buck se quedó sorprendido por un momento, pero luego su expresión se suavizó. —Eddie...
—Pero no le digas que me gusta, interrumpió Eddie rápidamente, poniendo su dedo índice en los labios de Buck y haciendo el sonido
—shhhhh. La risa burbujeante de Eddie se mezcló con la lluvia que seguía cayendo afuera.—Es un secreto, continuó Eddie, con una sonrisa tonta en su rostro. —No quiero que nadie más lo sepa.
Buck no pudo evitar reírse. —¿Y qué pasaría si alguien lo supiera? La chispa en sus ojos era inconfundible.
Eddie se encogió de hombros. —No sé... tal vez me daría vergüenza. Pero tú… tú eres especial. Su voz se volvió suave y sincera mientras miraba a Buck a los ojos.
El ambiente entre ellos cambió; la risa dio paso a una tensión palpable. Buck dio un paso más cerca, su mirada fija en la de Eddie. —No tienes por qué tener vergüenza. Si te gusta... deberías decírselo.
Eddie sintió cómo su corazón latía con fuerza. La cercanía de Buck lo hacía sentir cálido por dentro. —¿Y si no le gusto? ¿Y si arruino nuestra amistad?
Buck sonrió nuevamente, esa sonrisa que iluminaba todo a su alrededor.
—A veces arriesgarse es lo mejor que puedes hacer.Eddie respiró hondo, sintiendo el peso de sus palabras y la calidez del momento. Tal vez esa noche no solo sería un desahogo borracho; tal vez podría ser el comienzo de algo nuevo entre ellos.
—Está bien, dijo finalmente Eddie, sintiéndose valiente por primera vez en mucho tiempo. —le diré lo que siento.
Con esa decisión resonando en su mente y el eco de las risas del bar aún presente, Eddie sabía que había dado el primer paso hacia algo extraordinario.
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un Dulce beso (Buddie )
Fanficflufftober Evan y Eddie ¡Este mes me lanzo a dos retos creativos! Espero que mis ideas no se quemen como las galletas que hice la última vez. ¡Acompáñenme en esta aventura!"