día 8 comprás domésticas

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Narrador

Era un soleado sábado por la mañana cuando Eddie y Buck decidieron que era hora de hacer las compras para la casa. Desde que habían decidido mudarse juntos con Christopher, había muchas cosas que necesitaban, pero nunca imaginaron que ir de compras podría ser tan complicado.

— Esto es más difícil de lo que pensé”, dijo Buck, mirando su lista de compras. Había tantas cosas: detergente, comida, utensilios de cocina... ¡y no podían olvidarse del helado!

Eddie sonrió, recordando cómo Buck siempre había sido un poco despreocupado con las tareas del hogar. —“Pero querías vivir conmigo y con Christopher”, le recordó, empujando el carrito de compras mientras Buck seguía mirando los estantes.

—“Sí, pero pensé que sería más divertido”, respondió Buck con un puchero. —“No sabía que elegir entre tres tipos de pasta podría causar tanto estrés.”

Eddie soltó una risa. —“Es solo pasta, Buck. ¿Por qué no elegimos una y seguimos? Podríamos estar en casa viendo una película ya.”

Buck frunció el ceño. —“Pero ¿y si elegimos la mala? No quiero decepcionarlos.”

—“Confía en mí”, dijo Eddie, poniendo una mano sobre el hombro de Buck. —“Cualquiera que elijas estará bien. Lo importante es que estamos juntos.”

Buck miró a Eddie, sus ojos brillando con gratitud.— “Tienes razón. Vamos a comprar la pasta más cara entonces.”

Eddie sacudió la cabeza riendo mientras continuaban recorriendo los pasillos del supermercado. A medida que llenaban su carrito con comestibles y artículos para el hogar, comenzaron a discutir sobre qué tipo de cena prepararían esa noche.

—“¿Qué tal tacos?” sugirió Buck entusiasmado.

Eddie pensó por un momento. —“Tacos suena bien, pero creo que deberíamos hacer algo especial para Christopher también.”

—“¿Qué tal si hacemos su pizza favorita?” propuso Buck, iluminándose al pensar en la sonrisa del pequeño.

Mientras se acercaban a la sección de verduras, Eddie notó cómo Buck se detenía frente a un estante lleno de ingredientes frescos. —“Mira esto,” dijo Buck, sosteniendo un pimiento rojo brillante. —“Podemos usar esto para darle color a la pizza.”

—“Perfecto,” asintió Eddie. —“Y podemos hacer una ensalada como acompañamiento.”

A medida que avanzaban por el supermercado, comenzaron a disfrutar más del proceso. Las risas llenaban el aire cada vez que uno de ellos hacía una broma o se equivocaba al leer la lista.

Finalmente llegaron a la caja registradora, donde Eddie empezó a colocar los productos en la cinta transportadora.

—“¿Sabes? Esto no fue tan malo después de todo,” admitió Buck mientras observaba cómo Eddie pagaba.

—“Te lo dije,” respondió Eddie con una sonrisa satisfecha al recibir las bolsas llenas de provisiones.

Cuando salieron del supermercado y se dirigieron al coche, Buck miró hacia Eddie con una expresión seria. —“Gracias por hacer esto conmigo.”

Eddie le devolvió la mirada y sonrió cálidamente. —“Siempre estaré aquí para ti y para Christopher. Somos un equipo.”

Al llegar a casa, comenzaron a desempacar las compras y preparar la cena juntos. Mientras cocinaban, la cocina se llenaba de risas y conversación.

Esa noche, disfrutaron de una deliciosa cena en familia y se sintieron más unidos que nunca. La compra había sido difícil al principio, pero al final resultó ser una experiencia divertida y significativa que fortaleció su vínculo como familia.

un Dulce beso (Buddie )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora