Era una tarde tranquila en Los Ángeles, y la estación de bomberos estaba en calma después de un largo día de trabajo. Buck, con su energía habitual, no podía dejar de pensar en Eddie. Había algo en su amigo que lo intrigaba; a veces era el hombre serio y responsable que todos conocían, pero había momentos en que se dejaba llevar, mostrando un lado tierno y dulce que Buck adoraba.
Mientras caminaba por las calles, Buck decidió que quería hacer algo especial por Eddie. Se detuvo frente a una floristería pequeña que había visto antes. Las vitrinas estaban adornadas con flores de todos los colores, pero lo que captó su atención fueron unas rosas negras con bordes rojos. Eran oscuras, misteriosas y hermosas, justo como él veía a Eddie: un alma compleja que podía ser intensa pero también sorprendentemente dulce.
Con una sonrisa satisfecha, Buck entró y compró el ramo. Mientras pagaba, el florista le sonrió y le dijo: —Estas flores son perfectas para alguien especial”. Buck asintió, sintiendo cómo se le aceleraba el corazón al pensar en Eddie.
Al llegar a la casa de Eddie, Buck sintió un cosquilleo en el estómago. Llamó a la puerta y esperó nerviosamente. Cuando Eddie abrió, su rostro se iluminó con una sonrisa genuina que hizo que Buck se sintiera aún más emocionado.
—¿Buck? ¿Qué haces aquí?”, preguntó Eddie, sorprendido pero feliz de verlo.
—Hola, Eddie. Traje algo para ti”, dijo Buck mientras le entregaba el ramo de rosas. Sus manos temblaban un poco mientras observaba la reacción de su amigo.
Eddie tomó las flores con curiosidad, observando los pétalos oscuros y el contraste del rojo. —Son… diferentes”, comentó, mirando cada detalle con atención.
—“Sí”, dijo Buck con una sonrisa nerviosa. —“Son rosas oscuras pero lindas. Me recordaron a ti”. La sinceridad en su voz resonó en el aire; quería que Eddie entendiera lo que significaban esas flores.
Eddie levantó una ceja, divertido por el halago. —“¿Me estás diciendo que soy cursi?” preguntó con una sonrisa juguetona.
—“Sí”, respondió Buck sin dudarlo. —“Puedes ser muy serio, pero también eres dulce y… un poco cursi”.
Eddie rió suavemente mientras olfateaba las flores.— “No puedo creer que me digas eso”, dijo entre risas, aunque sus ojos brillaban con gratitud.— “Pero gracias… supongo”.
El ambiente entre ellos se volvió más suave y cargado de emoción. Buck dio un paso adelante, sintiendo la conexión palpable entre ellos.— “En serio, Eddie”, continuó Buck, —“eres increíble tal como eres”. Su voz era sincera; cada palabra era un reflejo de lo que sentía en su corazón.
Eddie miró a Buck fijamente durante un momento prolongado; había algo en esa mirada que lo hacía sentir vulnerable pero seguro al mismo tiempo. —“¿Y si te digo que a veces también me siento como si tuviera muchas personalidades?” dijo Eddie con una pequeña sonrisa.
—“Por eso me gustan todas tus versiones”, respondió Buck con rapidez. —“Desde el padre protector hasta el amigo divertido; cada faceta tuya es especial para mí”.
Eddie sintió cómo su corazón latía más rápido ante esas palabras. Sin pensarlo mucho más, dio un paso hacia adelante y acercó su rostro al de Buck. Lo besó suavemente; fue un beso lleno de ternura y promesas no dichas. En ese instante, todo lo demás desapareció; solo existían ellos dos y las rosas como testigos silenciosos de su conexión renovada.
Cuando se separaron, ambos sonrieron como si compartieran un secreto especial. —“Quizás debería ser más cursi a menudo”, murmuró Eddie con un guiño travieso.
—“Definitivamente deberías”, respondió Buck entre risas, sintiendo que este momento era solo el comienzo de algo hermoso entre ellos.
Mientras se acomodaban cómodamente en el sofá de Eddie para disfrutar de una película juntos—las flores aún adornando la mesa—la conversación fluyó naturalmente entre risas y anécdotas compartidas. Hablaron sobre sus días en la estación de bomberos, las locuras que habían vivido juntos y los momentos difíciles superados como equipo.
En medio de risas sobre la última broma pesada de Chimney y los intentos fallidos de Hen por hacer reír a todos durante los turnos largos, hubo una pausa significativa cuando Eddie miró a Buck nuevamente.— “Es extraño… nunca pensé que podría sentirme así por otro hombre”.
Buck lo miró con empatía y comprensión.— “No es extraño si es real”, respondió suavemente. —“Lo que siento por ti es real”.
Eddie asintió lentamente; sabía que había estado guardando esos sentimientos durante mucho tiempo. Las palabras quedaron flotando en el aire mientras ambos reflexionaban sobre lo que significaba ese momento para ellos.
Finalmente, después de ver algunas escenas divertidas en la pantalla sin realmente prestar atención a la película—más enfocados en sus propias emociones—Eddie tomó la mano de Buck entrelazando sus dedos con suavidad.
—Gracias por las flores”, dijo Eddie sinceramente mientras miraba a Buck a los ojos.
—No hay necesidad de agradecerme”, respondió Buck con una sonrisa cálida. —“Solo quiero verte feliz”.
Y así continuaron disfrutando del momento juntos; dos almas conectadas por risas compartidas y un amor floreciente entre rosas oscuras y dulces sonrisas.
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un Dulce beso (Buddie )
Fanficflufftober Evan y Eddie ¡Este mes me lanzo a dos retos creativos! Espero que mis ideas no se quemen como las galletas que hice la última vez. ¡Acompáñenme en esta aventura!"