Capítulo veintisiete

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El beso no dura demasiado, Leandro ni siquiera tiene tiempo a reaccionar por lo que sus labios no se mueven hasta que los del chico se apartan.

Entonces puede ver sus ojos, muy abiertos y totalmente asustados. Da unos pasos atrás.

— lo-lo siento...— sus manos se mueven nerviosas.— no era mi intención yo... No... No quería hacer eso, lo siento, lo siento, perdón...

Entonces, al escuchar el temblor en su voz Leandro por fin reacciona. No lo hace con palabras, sino con lo que su cuerpo le ordena hacer.

Se acerca de una zancada al chico y lo toma suavemente por las mejillas para volver a juntar sus labios.

Esta vez es a Aaron a quien le cuesta reaccionar, por unos segundos no reacciona al beso que ahora Leandro ha iniciado. Esto hace dudar un poco al mayor, quien está a punto de apartarse pero no lo hace cuando Aaron comienza a seguirle el beso.

Entonces se hace más profundo, ambos se hunden uno en la boca del otro y por unos segundos olvidan todo a su alrededor, por un segundo Aaron olvida quien es y Leandro olvida que no tiene idea de quien es Aaron.

Cuando ambos sienten la necesidad de tomar aire se apartan, sus pechos se mueven un poco agitados y se miran el uno a otro. Leandro aún no lo ha soltado y entonces le muestra una dulce sonrisa, que provoca que el menor relaje un poco su expresión tensa.

— no tienes que pedirme perdón por nada.— decreta dándole leves caricias en las mejillas.— no te disculpes. Me hiciste dar cuenta de lo mucho que yo he querido hacer esto, no lo sabía pero ahora lo sé.

Esto causa aún más sorpresa en Aaron, quien no se esperaba para nada esas palabras. En el momento en que lo besó y vió que no reaccionaba pensó que Leandro se había molestado, que no le había gustado y que había arruinado todo, le dió mucho miedo.

Pero no era así, Leandro no estaba para nada enfadado con el.

Lean soltó un suspiro y continuó hablando.

— no te conozco Aaron.— esas palabras hicieron que el cuero del castaño se tensara notablemente.— no sé casi nada de tí, bueno... De tu vida más bien.— aprieta ambos labios formando una línea y luego vuelve a relajarlos.— pero no me importa, al menos no por ahora porque confío en que me lo contarás en algún momento, cuando te sientas listo para hacerlo.— hace una pequeña pausa antes de seguir.— pero quiero que sepas que me gustaría conocerte, quiero saber todo de ti, quiero entenderte de todas maneras maneras posibles.

Pero la respuesta que recibe del menor es todo lo contrario a lo que se esperaba.

— no quiero.— niega separándose un poco de el.— no quiero que me conozcas, cuando lo hagas te arrepentirás de haber dicho todo eso.

Eso lo hizo sentir muy mal, no sabía de lo que Aaron hablaba, pero estaba seguro de que no iba a arrepentirse de saber de el jamás.

— claro que no.— volvió a acortar la distancia pero no lo tocó, no quería agobiarlo.— solo dame la oportunidad, sé que no me crees ahora pero te lo voy a demostrar, lo prometo.

Luego de unos segundos de eterno silencio, Aaron por fin asiente. Lean no sabe que es lo que realmente quiere decir con eso pero decide tomarlo como algo positivo.

Aaron tampoco lo deja pensalo demasiado porque cambia el tema rápidamente haciéndolo recordar a lo que habían venido.

— ¿P-puedo pasar a un baño?

— ah, si claro.— le señala la puerta de su baño para indicarselo.— entra al mío.

El menor cierra la puerta luego de entrar y vuelve a salir unos minutos después.

Inocente (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora