Capítulo dieciséis

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TW: abuso infantil.

Tenía apenas ocho años cuando comenzó a hacer videos.

Patrik lo había subido a su coche, lo había dejado ir en el asiento de copiloto con la condición de que se portara bien. Aaron, que tenía terror de ser encerrado en la valija, aceptó de inmediato.

No tenía ni idea de a dónde iba a ir, el pelinegro no se lo había dicho, simplemente, luego de hablar un rato por teléfono le había dicho que saldrían.

Sus piernas se movían ansiosamente mientras miraba por la ventana.

— ¿A dónde vamos?— no pudo aguantarse a preguntar.

Patrik lo miró de reojo por un momento y luego de sonreír de lado volvió la vista al frente.

— iremos con unos amigos, están interesados en ti.— le dijo. El pequeño bajó la mirada, no le gustaba que lo llevara a casa de sus amigos pues sabía perfectamente para que era.— hoy harás algo diferente, pero cuando estés allí te lo van a explicar.

El pequeño ya no preguntó, simplemente esperó hasta que llegaron y Patrik se estacionó como le dió la gana, casi rozando otro coche. Dió la vuelta al auto para abrirle la puerta, lo sujetó del brazo y lo llevó hasta la entrada de un lugar enorme, como una especie de fabrica.

Habían dos hombres en la puerta que abrieron apenas vieron llegar a Patrik. Aaron caminó detrás del mayor todo el rato.

Una vez dentro, el pequeño sintió horror y quiso correr devuelta hacia el coche.

Se oían llantos, llantos de niños que gritaban y pedían ayuda, llantos de dolor, de miedo, de tristeza. Llantos que penetraron los oidos del más pequeño, haciéndolo querer llorar. Miró hacia todos lados y comenzó a ver a esos niños, eran muchísimos. Estaban sentados uno alado del otro, todos desnudos, extremadamente delgados, se veían aterrorizados.

Instintivamente Aaron se acercó al mayor y tomó su mano mientras observaba asustado a su alrededor. Patrik soltó una pequeña risa ante la acción del niño.

— ¿Tienes miedo pequeño?— le dió una caricia en el cabello.— tranquilo, tu no estarás como ellos, para eso estoy yo.

Caminaron por los pasillos hasta llegar a una habitación donde habían más hombres. Aaron solo esperó mientras hablaban con Patrik sobre cosas que el no podía entender. Podía sentir sus miradas cada tanto pero no se atrevía a levantar la cabeza.

Luego lo llevaron a una sala, la cual era diferente a las otras. En esta había una cama y muchas cámaras. Aaron no entendía para que eran, pero no tardó mucho en saberlo.

Mientras unos de los hombres acomodaban y ajustaban las cámaras, Patrik se acercó a el y comenzó a quitarle la ropa. Empezó bajando su pantalón y al ver los ojos confundidos del chico comenzó a explicar.

— ahora te voy a explicar lo que vamos a hacer.— también le quitó la camiseta finita que llevaba puesta.— no será muy diferente a lo que ya haces, estarás con el.— le señaló a un tipo rubio, de bigote perfecto que también se quitaba la ropa mientras fumaba un cigarrillo, le sonrió cuando Aaron le dirigió la mirada.— pero ahora necesito que hagas más que complacerlo, vas a fingir que también lo disfrutas, ¿Está claro?— el pequeño no pudo hacer otra cosa sino asentir, sabía que con Patrik era mejor ser obediente.— muy bien, vamos a hacer una película muy buena, serás un actor profesional.— le dedicó una sonrisa mientras le pellizcaba la mejilla.— y nada de llorar.— advirtió.— yo estaré detrás de las cámaras cuidándote, así que no quiero que chilles.

Y si antes había sido horrible, esta vez quiso morirse por primera vez, esta vez realmente pensó en como se sentiría dejar de sentir. Mientras lo obligaban a gemir y lo golpeaban cada vez que olvidaba hacerlo, mientras ese hombre pasaba sus manos por su cuerpo. También lo golpeaban cada vez que por error miraba hacia las cámaras, pero es que no podía evitar sentirse humillado mientras todos esos hombres lo grababan y repetían las tomas una y otra vez.

Logró obedecer a Patrik, no lloró durante el tiempo que estuvo con el hombre, se portó lo mejor que pudo y cuando finalmente le dijeron que había acabado por el momento, le rogó a Patrik que lo dejara ir al baño. Sorprendentemente este se lo permitió. Una vez solo, se tumbó en el suelo a llorar desconsolado, sintiendo asco de si mismo, de recordar como había gemido, como había metido su lengua en la boca de aquel hombre. Era un asqueroso. Su mamá jamás lo hubiera perdonado.

Siempre le prometió que sería bueno, ella lo quería porque era bueno, pero ya no lo era, era malo, era asqueroso.

Luego de un rato se dió cuenta que estaba tardando mucho. No quería hacer enojar a Patrik así que luego de lavarse un poco la cara salió.

El mayor seguía hablando con el mismo tipo que había estado durante toda la grabación, cada tanto se hacían algún que otro comentario y luego seguían mirando.

— es perfecto viejo.— lo escuchó decir mientras se recostaba contra la pared para esperar a que Patrik le dijera que podían irse.— te enviaré los videos cuando estén listos y veremos cuál poner a la venta, seguro que tendremos una buena paga por ellos. Este niño realmente tiene talento.

Patrik asintió y una vez terminó de hablar le dijo a Aaron que ya era hora de irse así que ambos salieron del lugar, por el mismo camino que habían entrado.

Volvieron hasta el coche y se subieron. Esta vez el menor fue en completo silencio, ya no movía sus piernitas ansiosas, ni siquiera observaba el paisaje. Tenía la mirada perdida en algún punto fijo, las manos una encima de la otra y la cabeza recostada en el respaldo del asiento.

— ¿Estás cansado pequeño?— no obtuvo respuesta, y podría haberlo golpeado por ignorarlo, pero realmente no creía que eso fuera lo que estaba haciendo. El menor se veía realmente perdido, tanto que asumió que en realidad ni siquiera se había dado cuenta de que le había hablado.

Una vez volvieron al apartamento, Patrik se estacionó en su lugar de siempre y vio al castaño llevar la mano a la manija de la puerta para bajar. Lo detuvo tomándolo del brazo y este se giró un poco alarmado a mirarlo.

El mayor observó sus ojos por un momento, eran muy distintos a los ojos que había visto hacía un tiempo, cuando recién llegaron a el. Poco a poco habían perdido el brillo, la vida, la inocencia.

Metió una mano en su bolsillo y sacó de esta una pequeña paleta, la cual le extendió al pequeño. Aaron observó lo que Patrik le estaba dando y no lo pudo creer.

Era un dulce.

Pocas veces había comido uno, pero recordaba que eran extremadamente deliciosos.

Quiso llevar su mano para tomarlo pero antes le dirigió una mirada al mayor, el cual asintió ante la pregunta silenciosa, entonces por fin el pequeño tomó el dulce.

— g-gracias.— y tras agradecer finalmente se bajó del coche y corrió hacia el interior del apartamento.

🥀🥀🥀

No puedo explicar lo que sufrí escribiendo este capítulo :(

La verdad todavía no sé cómo me animé a escribir esta historia cuando soy la persona más sensible que existe.

Pero creo que después de haber leído “Tan poca vida ya nada puede lastimarme ._.

Además mi idea, más que nada es crear una historia que impacte y llegue al corazón, una historia cruda y dolorosa.

Gracias por leer, no se olviden de comentar mucho que me encanta leerlos, y por qué no de dejarme un voto si el capítulo les tocó el corazón🥺

¡Bye! 💖☺️

Inocente (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora